Macron y Merkel afianzan el eje franco-alemán ante la inminencia del "brexit"

Francia y Alemania reforzaron su cooperación en el seno de la Unión Europea en un Consejo de Ministros conjunto en el que su respectivos líderes, Emmanuel Macron y Angela Merkel, apuntaron la inminencia de un acuerdo para la salida pactada del Reino Unido.

El encuentro sirvió también para limar asperezas en aspectos militares, climáticos y mostrar una firmeza compartida contra Turquía por los ataques a posiciones kurdas en Siria.

Los dos mandatarios de ambos países expresaron su confianza en poder rubricar el acuerdo con Londres durante la cumbre europea de dos días que se abrirá mañana en Bruselas.

El optimismo sobre el "brexit" fue la nota dominante de la comparecencia de Macron y Merkel para dar cuenta de su encuentro y mientras que el francés aseguró que el acuerdo es cuestión de "horas", la germana lo situó en su "recta final".

Ambos parecieron incluso aliviados por desembarazarse de un asunto que, a su juicio, ha monopolizado demasiado los debates en el seno de la UE y aseguraron que es hora de avanzar en otros dosieres, para lo que impulsarán una cumbre sobre el futuro de Europa.

La identidad de pareceres fue menos visible en otro de los temas que estarán en la mesa de Bruselas, la apertura de negociaciones para el ingreso en la UE de Albania y Macedonia del norte, a la que Merkel se mostró más favorable y Macron admitió con reticencias.

En cuanto a la situación internacional, Macron situó en los ataques turcos en Siria la atención por tratarse de "la urgencia más trágica del momento".

En ese sentido, Francia y Alemania tratarán de convencer a Estados Unidos de llevar la presión contra Ankara a la OTAN, organización de la que forma parte, al tiempo que pedirán nuevas medidas contra Turquía en el seno de la UE.

Macron fue el más duro en sus críticas al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, a quien dijo que tendrá que responder ante la comunidad internacional por las consecuencias humanitarias de ese ataque pero también por las "geopolíticas", ya que consideró que la ofensiva "puede ayudar a hacer renacer el (grupo yihadista) Estado Islámico de sus cenizas".

El presidente francés acusó a Ankara de usar "argumentos falaces" para justificar sus ataques y aunque reconoció que en la región obran milicias próximas del PKK "que tienen un carácter terrorista en Turquía", hay otras fuerzas que no responden a ese esquema y que ayudaron a la coalición internacional en su ofensiva contra el EI.

Algunas de ellas, dijo Macron, "están bajo el fuego del Ejército turco".

El presidente señaló que la ofensiva de Erdogan puede provocar que se escapen combatientes islamistas radicales retenidos por esas milicias, aunque descartó que puedan llegar a territorio europeo.

El presidente francés indicó que es más probable que vuelvan al combate en Siria y, en ese sentido, contribuyan al renacimiento del EI que, dijo, será combatido como hasta ahora.

En caso de que decidieran volver a Francia, señaló Macron, tendrían que pasar por Turquía, país que se comprometió a alertar de su presencia, por lo que serían detenidos y puestos a disposición judicial.

"No les veo fácilmente llegar a territorio francés", dijo Macron, que pidió no alarmar con ese asunto a la población.

Macron y Merkel también profundizaron en su cooperación en el terreno militar, donde avanzaron en el futuro carro de combate y avión caza europeo y se pusieron de acuerdo sobre la necesidad de acordar la exportación de armamento que fabriquen de forma conjunta.

En ese sentido, los dos mandatarios visitaron por la mañana las instalaciones en Toulouse del fabricante de aviones Airbus, del que ambos países son los principales accionistas.

París y Berlín se comprometieron a firmar con Arianespace sus contratos espaciales y a defender los intereses económicos europeos frente a las tensiones comerciales existentes.

"Europa no debe mostrarse débil y tiene que defender sus intereses y sus reglas. Tenemos que apostar por la innovación y la inversión", dijo Macron, que junto a la canciller mantuvo una cena con empresarios en Toulouse a la que también asistió la futura presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.