Imágenes de niños que recuerdan la tragedia adulta

Por alguna razón, cada vez que una fotografía presenta a un niño o niña en situación de indefención, producto de las circunstancias, la prensa, los gobiernos, los activistas, los políticos... lamentan que “los responsables” no hicieran lo suficiente para evitar el hecho. Algunos hasta pretenden utilizar la tragedia con fines políticos (solapadamente, por supuesto). Por cruel que parezca...

La foto reciente de Oscar Alberto Martínez, un padre salvadoreño de 25 años, ahogado bocabajo junto a su hija Valeria, de 23 meses, tratando de cruzar el río Bravo, ha provocado que los diarios estadounidenses se quejen de que dicha tragedia fue el producto de no haber una política migratoria definida en Estados Unidos, a pesar de todos los infructuosos esfuerzos.

Pero el caso no es el primero y, penosamente, tampoco será el último. Aylan Kurdi, sirio de dos años, yació muerto en una playa mediterránea de Turquía y entonces se habló de la crueldad de algunos países europeos de no darles pasos a los migrantes sirios y de otras nacionalidades.

Phan Thi Kim Phuc, entonces de 9 años, actualmente activista vietnamita para refugiados, que vive en Canadá, es recordada como “la niña del napalm”, corriendo desnuda, raquítica y aterrorizada.

O la famosa foto de la niña en Sudán del Sur, que sin fuerzas suficientes para llegar hasta una estación de alimentos se desplomó, sin energía, mientras un buitre esperaba su muerte. El fotógrafo, Kevin Carter, de 33 años, se suicidó porque al final la foto fue más importante que la vida en el objetivo de su cámara. Nunca se supo del destino de la niña.

Solo queda lamentar. Rosa Ramírez, madre y abuela, dijo que “yo les diría a los que tienen pensado migrar, que lo piensen mejor, porque no todos pueden cumplir ese sueño americano del que hablan. Aquí podemos luchar. Como me gustaría tener aquí a mi hijo y a mi nieta. Como sea salimos adelante en nuestro país”.