TENSIÓN
Estudiantes islámicos asaltan y saquean por segunda vez en un día la embajada británica
LA AGENCIA MEHR INDICÓ QUE UNOS 200 MANIFESTANTES ENTRARON EN EL RECINTO DE LA EMBAJADA Y SAQUEARON Y DESTRUYERON ALGUNOS DOCUMENTOS
Un nuevo grupo de estudiantes islámicos asaltó hoy por segunda vez la embajada británica en Teherán y saquearon y destruyeron alguno documentos en sus locales, informó la agencia estudiantil local ISNA, que señaló que el nuevo incidente tuvo lugar alrededor de las 18.00, seis de la tarde, hora local. La agencia señaló que, pese a la actuación de la Policía, que rodea la legación del Reino Unido, situada en una amplia finca del norte de Teherán, los estudiantes lograron encaramarse al muro de la embajada con banderas y pancartas y un grupo numeroso entró en las instalaciones. La agencia Mehr indicó que unos 200 manifestantes entraron en el recinto de la embajada y que varios de ellos fueron detenidos por los agentes, que los retienen en el jardín de la legación. Tanto Mehr como ISNA señalaron que, en el exterior, los concentrados son cada vez más y exigen a la Policía la liberación de sus compañeros. Los concentrados, estudiantes ultraconservadores del régimen islámico, han hecho público a última hora de la tarde un comunicado en el que reiteran la petición de que se expulse de inmediato al embajador británico y se rompan totalmente las relaciones con el Reino Unido, país al que denominan "el zorro viejo". También afirman que no tienen intención de retirarse del lugar y propugnan la ocupación permanente de la embajada británica, como sucedió con la Estados Unidos el 4 de noviembre de 1979, que duró 444 días y llevó a la ruptura de relaciones de Washington con Teherán. Este incidente se produce dos días después de que el Parlamento iraní ratificase por amplia mayoría una ley para rebajar el nivel de las relaciones con el Reino Unido al rango de encargado de negocios, lo que supone la retirada de embajadores. La ley pasó ayer, lunes, su último trámite, al ser convalidada como constitucional por el Consejo de Guardianes de la Revolución iraní, por lo que, según su propio texto, el Ministerio de Asuntos Exteriores tiene dos semanas para aplicarla y reducir al mínimo las relaciones políticas y económicas con el Reino Unido. La reducción de las relaciones se produce en respuesta a la decisión británica, adoptada el pasado día 21, de imponer nuevas sanciones financieras y a las industrias petrolera y petroquímica de Irán, medidas que también acordaron en esa fecha Canadá y Estados Unidos. Estas sanciones se deben a la sospecha manifestada por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) de que el programa nuclear iraní tiene una vertiente militar, lo que Teherán ha negado tajantemente y asegura que es exclusivamente civil, con fines pacíficos. La Unión Europea estudia también la imposición de nuevas sanciones a Irán, mientras que Rusia las ha considerado ilegales e inadecuadas y ha señalado que merman las posibilidades de establecer una negociación con Teherán respecto a su programa nuclear.