en santo domingo
Comida asturiana en el corazón de Gazcue
Plato. Al hablar de la cocina de Asturias de inmediato uno piensa en la fabada, sea de lujo o simple
Cada vez que por la avenida Bolívar pasaba delante del edificio con un letrero que dice Centro Asturiano, imaginaba que estaba ante un club privado especialmente creado por ciudadanos procedentes de dicha región de España, o sus descendientes. Me equivoqué. El local es un restaurante con dos pisos y amplia terraza al cual me llevan una noche a conocer y a cenar, mi hijo Alexis y Fabiola.
Con un estacionamiento reducido (en su parte posterior), tiene salida empero hacia la calle de atrás donde fácilmente hay espacio disponible. En consecuencia, tras parquear, entramos al restaurante por la terraza techada y no por la puerta principal. Hay muchas mesas ocupadas, pero se hizo reservación en el salón a nivel de calle. Es más informal que el salón del segundo piso.
Al lado de nuestra mesa hay una nevera vertical, pero la puerta abre en sentido contrario. La mesa está vestida con mantel de tela a cuadros rojos y blancos y en cada puesto un mantelito individual con un dibujo alegórico a Asturias y las banderas española y dominicana.
Echo un vistazo al menú. Amén de comida asturiana ofrecen de otras regiones de España e internacional. Busco las “Recomendaciones del Chef”. Son cinco: Fabada asturiana (RD$ 520.00), Cachopo asturiano para 2 personas (RD$ 2,250.00), Lacón entero (RD$ 1,075.00), Filete de res al queso cabrales (RD$ 925.00) y Filete de chillo a la bretona (RD$ 845.00). Sin pensarlo dos veces pido Fabada. Llevo años sin comerla.
Me apetece, pese a que, por su suculencia, es más apropiada para el mediodía. No importa. Del menú general, Fabiola se inclina por el Cocido de lacón deshuesado, (otro de los platos tradicionales de Asturias) mientras Alexis se decide por las Crepes de pollo y fritos verdes. Al terminar de ordenar, le preguntamos al Capitán sobre una entradilla.
“Es bastante comida” nos señala. Conoce lo que significa dar el mejor servicio al cliente. Le hacemos caso. La porción de fabada es moderada (es que llena mucho), por eso sólo dejé sin comer la morcilla. No me gusta. Pese a sentirme súper satisfecha, me hace falta un final con toque dulce. Aquí es Fabiola quien sugiere: Tarta de Santiago y licor de borujo. Mejor elección no podía hacer. La tarta está suave y el licor de hierbas resultó un excelente acompañante.
Las “fabes”
Las “fabes”, o “alubias gordas y mantecosas son el alma de la fabada, o mejor, de las posibles fabadas y combinaciones: hay fabadas de lujo y hay fabadas simples, de a diario”, escribe Carlos Pascual en Guía Gastronómica de España.