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¿Somos conscientes de cómo impactan nuestras acciones en nuestro entorno?
La compasión es un valor fundamental que nos permite conectar con los demás y tener empatía hacia sus necesidades y sufrimientos, especialmente si los mismos son provocados por nosotros. Nos urge despertar y ver que cualquier detalle que sale de nosotros cuenta.
La benevolencia también puede manifestarse en pequeñas acciones cotidianas: ayudar a un vecino con sus compras o simplemente preguntar cómo se sienten.
Estas pequeñas acciones pueden tener un impacto significativo en la vida de los demás, y pueden ayudarnos a construir una comunidad más unida y solidaria.
Rezaba un refrán popular “el vecino es el familiar más cercano”. Rápidamente puede auxiliarnos en un apuro.
La forma en que nos comportamos en nuestras casas y en nuestro entorno inmediato impacta significativamente en las personas que nos rodean.
A veces, algunos bravucones deciden hacer ruidos, pisadas molestas, arrastrar sillones, vociferar, aunque sean oraciones, contaminan el área de cualquier manera, no sólo acústica, también visual, denotando la falta de educación, consideración o consciencia.
Necesitamos unirnos en pos de construir una sociedad más justa y equitativa, superar la desidia y el egoísmo. Lo que pasa a otros, nos puede ocurrir a nosotros mismos. Hagamos un esfuerzo consciente para estimular la generosidad y el bien común.