en santo domingo
Dos opciones de risotto ¡tentadoras!
En la decoración del restaurante predomina el color azul en diversas tonalidades
Era una mañana de diligencias para finalizar almorzando en algún restaurante. El asunto es que a las 11:30 de la mañana hemos terminado y mi hijo mayor, Ángel, que en esta ocasión me acompaña, decide que, al no haber restaurante abierto a esa hora, salvo los de comida rápida, demos una vuelta a pesar de los tapones. Eso sí, elige una ruta por la cual funcionan varios sitios que él ya conoce.
Y así, como quien no quiere la cosa, estamos en el ensanche Piantini y, acercándonos a la calle Paseo de los Locutores ya son las 12:00 del mediodía.
Ahí me dice: “te voy a llevar a un restaurante que está en un séptimo piso”. A los pocos minutos me señala el edificio. “Ah… pero si es la torre Altri Tempi, la elegante tienda de Yudelka Checo”.
En esta torre funciona el restaurante Larimar. Un parqueador recibe las llaves del vehículo y entramos al vestíbulo donde están los ascensores.
Una joven se levanta y acompañándonos hasta uno de ellos marca el botón del piso 7. Cuando se detiene y se abre la puerta me sorprendo con la decoración a la vista. El espacio está montado cual una gran sala con un inmenso mural a la vista. Es imponente.
Al entrar al comedor nuevamente me asombro: la decoración es espectacular, con predominio del azul en diversos tonos. Hace honor al nombre del restaurante, la piedra larimar, única de nuestro país. (Lo curioso es que Angel y yo vamos vestidos de azul). El mozo nos pregunta si preferimos quedamos en esta área o queremos la terraza. “Aquí nos quedamos”.
Mientras leo el menú compruebo que hay platos de muy diferentes precios: desde pizza hasta churrasco. Ángel me sugiere de entrada: “Dumplings de cerdo japonés, glaseado de mandarina y mijas” (RD$ 615.00). El plato trae cinco piezas. Lo compartimos. No esperaba que me iba a gustar tanto.
En cuanto a plato que para mí será el principal y único no tengo duda: quiero risotto. Hay dos opciones: Risotto de Pistacho tostado con queso de cabra curado (RD$ 655.00) y Risotto de Short Rib demi glaze y reducción de balsámico (RD$ 895.00). Sin dudar elijo el risotto con queso de cabra. Ángel, en cambio, se decanta por el de short rib. Mi selección no me frustra. Por el contrario, hubiera querido tener más apetito para no dejar comida en el plato, pero la porción es generosa y sólo pude comer algo más de la mitad. Eso sí, me supo a gloria.
Un detalle importante: antes de anotar los pedidos el camarero me pregunta si soy alérgica a nueces, almendras, etcétera. “No, no soy”.