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Corazón a corazón: la perspectiva de un cirujano sobre la alimentación y la salud cardiovascular
Hay una lista confiable de alimentos clave en los que confío para fortalecer mi salud cardiovascular. Entre ellos están las verduras de hojas verdes y las bayas, que están llenas de vitaminas y antioxidantes; pescados grasos como el salmón, una fuente potente de ácidos grasos omega-3

Plato blanco vacío en forma de corazón en medio de una toma de fotograma completo entre verduras y frutas frescas y coloridas que lo rodean por toda la mesa
Como cirujano cardiovascular, he llegado a respetar profundamente la conexión íntima entre lo que comemos y la salud de nuestro corazón. Hay un dicho que dice: “Eres lo que comes”, el cual refleja la importancia de la dieta para mantener una buena salud.
Las enfermedades cardíacas son la principal causa de muerte en todo el mundo desde la década de 1920, pero son más prevenibles que la mayoría de los cánceres y el Alzheimer. Los alimentos en nuestros platos son clave para la prevención, especialmente cuando incluyen alimentos frescos, orgánicos y no procesados.
Recientemente, cumplí 50 años y he estado pensando mucho en la ciencia de la longevidad y en cómo vivir una vida plena y completa.
A continuación, les comparto cinco cosas que he aprendido:
La filosofía alimentaria que da forma a mis días
El desayuno, dicen, es la comida más importante del día, y por una buena razón. Mis mañanas comienzan con un desayuno ligero y saludable para el corazón: proteínas y granos, que a veces son simplemente un par de claras de huevo hervidas y una porción de avena, acompañados de algo de fruta y una taza de café. Prueba aplastar un plátano o una fresa en tu avena para darle un sabor dulce.
Para el almuerzo, cuando el tiempo lo permite, me enfoco en una comida más sustancial: pollo a la parrilla y verduras. La cena es intencionalmente más ligera y más temprano en la noche, un hábito respaldado por investigaciones que sugieren que consumir calorías más temprano en el día puede ofrecer beneficios para la salud, incluyendo el apoyo a la salud cardíaca. Si tienes reflujo gástrico, evitar las comidas grasas tarde en la noche puede ser clave.
Aunque una de mis principales prioridades es evitar el azúcar tanto como sea posible, disfruto de pequeñas cantidades de chocolate oscuro como un dulce, y bebo té verde por sus propiedades antioxidantes. También soy un gran fan del matcha en forma de té o un pequeño helado. El matcha tiene muchas propiedades antioxidantes y cafeína que no te da un pico, caída o dolores de cabeza.
Los aliados esenciales de mi corazón
Hay una lista confiable de alimentos clave en los que confío para fortalecer mi salud cardiovascular. Entre ellos están las verduras de hojas verdes y las bayas, que están llenas de vitaminas y antioxidantes; pescados grasos como el salmón, una fuente potente de ácidos grasos omega-3; y grasas saludables que se encuentran en los aguacates, el aceite de oliva y los frutos secos.
Los frijoles y las lentejas proporcionan fibra para la digestión y el control del colesterol, mientras que los granos integrales ofrecen energía sostenida y nutrientes esenciales.
Mis elecciones alimentarias diarias reflejan los principios que recomiendo a mis pacientes: una dieta rica en verduras, granos integrales, proteínas magras, frutas y grasas saludables para nutrir, proteger y mantener.
Soy vigilante respecto a lo que no debe estar en la dieta: alimentos procesados, bebidas azucaradas y exceso de sal. Estos culpables contribuyen a la inflamación y la hipertensión, enemigos silenciosos de la salud del corazón.
Navegando los debates dietéticos
No todas las dietas son iguales, y algunas modas pueden hacer más daño que bien. Las grasas saturadas, por ejemplo, siguen siendo un tema candente. Aunque las opiniones difieren, yo soy cauteloso al respecto.
El consumo elevado de estas grasas, que se encuentran típicamente en productos animales como la mantequilla, el queso y la carne roja, así como algunos aceites vegetales como el aceite de coco y de palma, puede elevar los niveles de colesterol de lipoproteínas de baja densidad en la sangre, aumentando el riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.
En lugar de eso, recomiendo reemplazar las grasas saturadas por opciones más saludables y no saturadas, como las que se encuentran en el aceite de oliva, los aguacates y los frutos secos, para mejorar la salud cardiovascular y reducir los niveles de colesterol.
Las dietas extremas, como la dieta carnívora, que se centra en productos animales y contiene altos niveles de grasas saturadas y colesterol, representan una preocupación aún mayor.
Al eliminar grupos completos de alimentos, privan al cuerpo de nutrientes esenciales y fibra que apoyan la longevidad y la salud cardiovascular. El equilibrio, no la extremidad, es la base de una alimentación sostenible.
La importancia de comer conscientemente
La salud del corazón no solo se trata de lo que comes, sino también de cómo y cuánto comes. Con demasiada frecuencia, apresuramos las comidas o comemos en exceso.
Me esfuerzo por reducir la velocidad mientras como, para darle a mi cuerpo tiempo para registrar cuánto he comido, y paro cuando estoy un 80% lleno, una práctica que ha demostrado aumentar la longevidad y apoyar el bienestar general.
También hay datos emergentes sobre la restricción calórica sin malnutrición, lo que sugiere minimizar el consumo excesivo de alimentos mientras se satisfacen los requerimientos del cuerpo. Rara vez las personas mueren por comer poco, pero el comer en exceso es el culpable de las enfermedades cardiovasculares.
La próxima visita al médico
Si tuviera que elegir cosas para solicitar o seguir en mi próxima visita al médico, aquí están las que elegiría, y por qué:
• Presión arterial y frecuencia cardíaca:
La frecuencia cardíaca elevada o la presión arterial alta pueden tratarse fácilmente y son marcadores claros de enfermedades cardiovasculares.
• ApoB y Lp(a):
Existen datos sólidos y convincentes que sugieren que los agentes para reducir lípidos, como las estatinas, pueden disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
• HbA1C:
Es posible que no tengas diabetes, pero las investigaciones emergentes sugieren que la prediabetes puede ser igualmente perjudicial para tu salud. Tomar metformina puede mejorar la longevidad.
La comida, en su esencia, es medicina. Cada bocado puede sanar o dañar. Para mí, la elección es clara: seguiré eligiendo lo que protege mi corazón, porque cada latido importa.

Dr. Tom C. Nguyen
Sobre el autor
Nguyen es director médico ejecutivo en el Miami Cardiac & Vascular Institute parte de Baptist Health South Florida.