Realidad y fantasía
Noviembre es muy mes muy curioso, se adentra en las fiestas pero no acaba de entrar. Todo el mundo está atento a diciembre y noviembre es solo un preámbulo. Esta la fiesta de los norteamericanos, que ocho a poco sea introduciendo entre nosotros, sobretodo en las capas más altas de la sociedad. En realidad, es una bonita fiesta, dale gracias al señor por los beneficios recibidos durante el año. Pero no se ha entronizado del todo entre nosotros, a pesar de la cantidad de dominicanos aposentados entre nosotros.
Ha sido un mes muy lluvioso., lo que hace que la gente se ensombrezca y tienda a ver todo con pesimismo.
Pero la cualidad del pueblo dominicano se va a imponer y la alegría se va a sentir en esta navidad.
Las tiendas están llenas de artefactos navideños, puestos de antemano como desde hace unos años. Después durante el periodo navideño, no se le puede ocurrir a nadie, buscar algún artefacto de la estación, porque no lo encontrara. No sé qué experto en mercadotecnia les aconsejara, pero ni modo, esto es lo que hay. Asi que hay que aprovisionarse de todo de antemano, aunque como yo, el arbolito solo se arma el primero de diciembre.
He salido a ver que compro como regalo para mis hijos, cosa difícil porque son exitosos y tienen todo lo que se puede desear. Solo exprimiéndome el cerebro logro dar con algo que sea de su agrado y los haga felices en esta temporada.
Esta se ha complicado por la boda de los nietos. Pero, en fin, cuando no hay complicaciones en cada temporada…
El problema diario es que las calles se inundan, que nos mojamos hasta los huesos y no nos sentimos bien, pero con paciencia y buen humor, llegaremos a diciembre y todo, todo cambiara. Como por milagro, en todos los hogares reinara el buen humor y el optimismo, los visitantes encontraran sus viejos hogares iguales que antes y la alegría reinara por doquier. Asi es el pueblo dominicano, no tiene remedio, es optimista y alegre, a pesar de todos los percances que puedan suceder. Es un ejemplo para el mundo, no solo por su belleza en su tierra cálida y feraz sino por su carácter siempre optimista y presto a enfrentar cualquier calamidad, resuelto a remediarla y volver a empezar.