Un traslado más que inoportuno

El genio de Maduro resolvió decretar que la navidad empezaría en octubre, por todo el territorio de Venezuela.

El problema consiste en que esa iniciativa ya está en uso, desde hace varios años, en nuestro país. Al dictador venezolano se le adelantaron los comerciantes dominicanos, por muchísimas millas.

Esto de empezar con la Navidad en octubre será un gran negocio para el comercio, aunque yo en mi ignorancia en asuntos mercantiles podré pecar. Confieso que no veo la diferencia entre vender en el mes apropiado, es decir diciembre, y hacerlo en octubre.

Si es por la venta de juguetes, los que ahora regala Santa Claus, en lugar de los Reyes Magos, ¿en qué consiste el problema? Es solo poner unos cuantos exhibidores y resuelto el problema. Pero sí constituye un dolor de cabeza para las amas de casa.

Llegado diciembre no se encuentra ni un triste bombillito de los que siempre, a última hora, hay que colocar. Pero no solo eso, vestir la casa entera con motivos navideños es una empresa que se toma unos cuantos días.

Luego de alistarlo todo y dejar la casa preparada para la más alegre de las fiestas, llegado diciembre, ya todo el mundo está aburrido de tanto colgandejo y, naturalmente, la fiesta navideña no tiene el mismo sabor.

Definitivamente, la idea de Maduro y la más antigua del comercio dominicano, lo que hace es quitarle la magia a las fiestas más alegres y queridas por todos.

Soy partidaria de un boicot contra Maduro, aprovechando las protestas por las elecciones fraudulentas, y de paso trasladar en nuestros lares las ventas navideñas para después de la festividad de Acción de Gracias, la que cada vez se populariza más en nuestro país, aunque sea de origen foráneo, como también lo es Santa Claus.