El intrigante septiembre

Septiembre es un mes raro, no acaba la temporada de calor, se anuncian tormentas y ciclones, llueve cuando menos se espera, en fin, es un mes digamos que molestoso.

A Emma no le gusta este dichoso mes. Dice que es agorero y que nunca se sabe lo que puede pasar. Está decidida a ir a donde su amigo el astrologo de Villa Mella, para que le haga una lectura de los astros y así conseguir algo de tranquilidad en esta temporada, la que, para ella, es la peor de todas.

En realidad, en estos días no se sabe si va a llover, si se va a armar una tormenta y, la peor amenaza, si se organiza un ciclón, aunque, últimamente, a estos les ha dado por formarse pasada la temporada y, encima de todo, al revés… En vez de enfilar, como de costumbre, hacia las aguas del Atlántico y arrasar a su paso con varios estados norteamericanos, se dirigen por debajo, entre nuestra isla y la punta de América del Sur.

No sé si eso se deberá al cambio climático o a que los tales ciclones se aburrieron de su recorrido habitual y decidieron coger otros rumbos.

En fin, que este mes lo único que tiene de entretenido, a mi modo de ver, es que cumplen años un hijo y un nieto, lo que compensa la pesadez del dichoso periodo del año.

Naturalmente, celebraremos estos onomásticos, los que por cierto coinciden con el acontecimiento más execrable que le ha ocurrido a nuestro país, que fue el golpe de estado que destituyó al primer presidente democrático que tuvimos en más de treinta años, estoy mencionando al imperecedero ¡Don Juan Bosch!