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reflexiones

El mundo onírico: una ventana hacia el autoconocimiento. ¿Adónde vas cuando duermes?

Ana Mirtha Vargas

Ana Mirtha Vargas

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Ana Mirtha VargasEspecial para Listín Diario
​Santo Domingo

Los sueños han sido objeto de estudios tanto en el mundo espiritual como científico. Hay teorías que sustentan que vivimos dos realidades distintas, el mundo de los sueños y la vigilia, quizás por la cantidad de horas diarias que debemos invertir en dormir para recuperar y mantener nuestra salud física y mental. Dormir facilita la reparación celular, el fortalecimiento del sistema inmunológico y la memoria. Mientras el mal dormir afectan nuestros humores y aumenta la agresividad.

Prestigiosos místicos y académicos de la antigüedad como Carl Jung, psiquiatra y psicólogo suizo, considerado gurú de occidente percibió los sueños como una ventana al inconsciente colectivo, un concepto que se refiere a estructuras de conocimiento y experiencias compartidas por toda la humanidad, defendía que los sueños no sólo reflejaban el estado interior del soñador, sino que también contenían símbolos y arquetipos universales que podían ofrecer orientación y sabiduría. 

Sigmund Freud, por su parte, el padre del psicoanálisis publicó una importante obra acerca de la interpretación de los sueños. argumentaba que ellos eran una forma de realizar deseos inconscientes reprimidos por las limitaciones sociales y morales.

Científicos contemporáneos han explorado los sueños. Una de las hipótesis más aceptadas sugiere que los sueños son el resultado del cerebro tratando de dar sentido a la actividad neuronal aleatoria que ocurre durante el sueño REM (movimiento ocular rápido). 

Otros investigadores destacan la importancia de los sueños en la resolución de problemas y en el procesamiento emocional.

La actividad onírica y la intensidad de los sueños parece estar vinculada a la fase de la luna llena, dentro de algunos estudios ancestrales se cree que el satélite, con su poder místico y su ciclo, así como influye en la marea, lo hace en el cuerpo humano por la cantidad del elemento líquido que contiene. La cosmobiología postula que la luna influye en nuestras emociones y estados mentales, muy relacionados a los sueños.

A menudo olvidamos nuestros sueños porque se procesan de manera distinta a la información que recibimos cuando estamos despiertos. Para recordarlos, es útil mantener un diario de sueños y escribir en él inmediatamente al despertar. Crear un ambiente tranquilo antes de dormir y mantener una rutina regular favorece un sueño reparador. Aromas como la lavanda y prácticas como la meditación pueden aumentar nuestra conciencia de los sueños y facilitar su recuerdo. 

La interpretación de los símbolos que aparecen dentro de los sueños depende del significado de los arquetipos para la persona que sueña lo que está determinado por la cultura a que pertenece de manera que cada uno debe interpretar su significado personalmente, aunque pueda ser asistido por cualquier individuo.

En resumen, los sueños nos ofrecen una ventana a nuestro mundo interior, permitiéndonos explorar aspectos de nuestra psique inaccesibles en estado de vigilia. 

Analizar nuestras experiencias oníricas puede enriquecer nuestra comprensión de nosotros mismos y del mundo que nos rodea. Aunque algunos sueños pueden ser perturbadores, otros pueden aportar sentimientos de plenitud y reconexión. Se dice que los sueños nos presentan una paradoja: “nuestros sueños nocturnos pueden despertarnos de nuestros -sueños despiertos- diurnos”. ¡Salud!

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