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crónica de viaje

Santo Domingo: sin rumbo y a pie por la Ciudad Colonial

Paseo. Disfrutar la caminata por las calles coloniales es mirar todo lo que a nuestro paso aparece.

Hotel Studio 27 Colonial, en Santo Domingo

Hotel Studio 27 Colonial, en Santo DomingoAlexis Ramos

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carmenchu brusíloffSanto Domingo

La Ciudad Colonial de Santo Domingo no es solo monumentos antiguos. Hay casas y edificios de épocas posteriores con algún toque original o con entornos llamativos y hasta ¡un cine en 4 D! Mas vayamos por partes. 

Pese al calor del sábado a las 11:00 de la mañana, decidí andar por la Zona. Me lleva y acompaña mi hijo Alexis. Por suerte no tuvimos el problema de la falta de estacionamiento. 

Justo al llegar, un auto dejaba un espacio libre en la calle Arzobispo Portes. Al frente está la Casa de la Lira, con su símbolo musical que, sin embargo, lo que significa es “la lira del poeta”. 

En este caso, de Ángel Felino Vicioso Visón, uno de los fundadores del barrio. Esta residencia fue construida en 1921. Es que en la Ciudad Colonial son muchas las edificaciones de tiempos ulteriores a dicha época.

Parque Rosado, en la Ciudad Colonial.

Parque Rosado, en la Ciudad Colonial.Alexis Ramos B.

“Mira, allí hay un colmado de toda la vida”. Es Alexis que señala la esquina con la calle Isabel la Católica: es el Colmado Omar. Funciona desde hace más de 60 años. La calle desemboca en una sombreada y recoleta plaza hacia la cual cruzamos. Es la Plaza Pellerano Castro, llamada también Plaza de los Poetas, pero más conocida como Parque Rosado, por el color que decora muchos de sus elementos arquitectónicos. 

Sentados en uno de los bancos de cemento, bajo un árbol, dos vecinos conversan mientras comparten una bebida. Ha de ser el aperitivo previo al almuerzo. Este espacio abierto, bien cuidado y con plantas, es un oasis en medio de un sol fulgurante y candente. Tiene un área de juegos, pero con piso de tierra y poca yerba, no ha de resultar muy práctico, sobre todo si el suelo esté mojado. 

Destacan dos estatuas: del poeta dominicano Arturo Pellerano Castro, que da nombre al parque, y de la poetisa puertorriqueña Julia de Burgos. 

Pellerano, apodado Byron, y quien falleció en 1915, fue uno de los iniciadores del criollismo. Quizás por eso algunas noches aquí se reúnen poetas noctámbulos. 

Varias casas de la época republicana se asoman hacia este parque, ubicado entre varias calles. (Las fotos para este artículo en Listín Diario las tomó Alexis Ramos Brusíloff).

Junto al parque

Con banderas de varios países ondeando, un edificio blanco de buen aspecto, cuya acera está decorada con maceteros sembrados de pequeñas palmeras es un hotel de tarifa moderada, y sin lujos: el Studio 27 Colonial, en la calle Isabel la Católica 1. Alexis, señalando una casa en la acera junto a la Plaza Rosada, dice: “Allí está el bar Los Navarricos, de Cheska Alcántara. En él sirven tapas y en el ‘rooftop’, además, a veces hay actividades de poetas, entre otras”.

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