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fábulas en alta voz

En los lamentos perdemos la energía

Por lo regular, algunas personas tendemos a “enfrentar” nuestras situaciones con lamentos y con quejas que no nos aportan nada en lo absoluto. Al contrario, nos resta bastante. Hay quienes hasta se nos alejan, pues como dice alguien por ahí: “nos cogen miedo vivo”. 

Hoy después de unos días reflexivos, decidí prestarle atención a este punto a ver qué tanto incurro yo en él. A veces creemos que no lo hacemos, pero el que está del otro lado de la acera, sí puede notarlo. Lo bueno es que siempre es buen momento para corregir acciones que nos resten energía.

Un viajecito después del asueto

Para ver cómo me iría adoptando otra actitud respecto a la vida, decidí hacer un viajecito a una ciudad fabulosa. Me fui con un grupo de personas que sé que ha hecho suyo los lamentos a lo largo de toda su vida. Llegamos temprano para ver qué es lo primero que hace la gente al levantarse para que todo funcione a las mil maravilla. Nos dimos cuenta de que agradecer al Señor por un nuevo día es innegociable. Ver que la familia está bien, que tomar un café, más que costumbre es un deleite que se disfruta con o sin azúcar. Sea porque se desea de tal o cual forma o porque eso es lo que hay y punto. 

Si al salir de la casa toca hacerlo en vehículo público, aprovechan el momento para compartir con las demás personas a las que también les toca. Si se van en su carro privado, y por casualidad este presenta algún inconveniente, se busca la forma de resolverlo o se tiene un ‘as bajo la manga’. Nunca la furia, la queja y los lamentos tienen cabida en la “solución”.

Ventajas fabulosas

El comportamiento de los munícipes de este lugar fabuloso es tan admirable que, en cada acción que se entienda negativa, ellos buscan la forma de convertirla en positiva. Si para ello deben sacrificar tiempo, dinero, o cualquier otro recurso, lo hacen sin pensar en lo que vendrá después. Se enfocan en el ahora. No tienen puesta su mirada en un fututo que siquiera saben si podrán disfrutar. 

Estas ventajas fabulosas son las que les permiten saldar sus compromisos, tener energías siempre para enfrentar lo que sea sin detenerse a ver más allá de las dificultades que puedan encontrar. Para ellos eso no es factible y prefieren conservar la calma y su mente fresca para no agobiarse ni hacerlo con los demás. Saben que cada problema tiene más de una solución. Es cuestión de buscar con calma para no cometer el error de sucumbir ante los tediosos lamentos que nos roban la energía.

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