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Daños tras las contiendas

Si mal no recuerdo, no hay resultados eleccionarios que no dejen un remanente de disgusto, y a veces hasta de enemistad. Por eso precisamente, es que la política es disociativa. Si hubiera entendimiento más allá del color, de los discursos, de las pretensiones de los candidatos a equis posiciones, quedaría fuera el término oposición y se daría paso al trabajo en equipo y en armonía. Claro, esto pasa en todas partes del mundo y más, si hay poder y dinero de por medio. Ahora bien, cuando lo que se quiere es ser elegido para realizar un trabajo digno y próspero en favor de un gremio, por ejemplo, debe primar la delicadeza y la diplomacia.

Votos en una ciudad fabulosa

Para echar un vistazo al comportamiento ideal que deben asumir los candidatos en una contienda, me trasladé a una ciudad fabulosa, donde me asombró ver cómo la unión protagoniza el ambiente eleccionario. Los procesos de campaña son tan diáfanos y armónicos que no importa cuáles sean los resultados, gana el orden y el respeto. Allí no hay ambición de poder, sino de llegar al puesto para trabajar por el bienestar, ya sea de toda la comunidad o simplemente por los miembros de una determinada entidad. Todos están claros en que los cargos se deben ostentar por un asunto jerárquico, jamás para mirar por encima del hombro a los demás y mucho menos para afectar a otros.

Comportamiento ejemplar

En aquel lugar fabuloso es admirable ver cómo luego de unas elecciones, no importa para cuáles fines, los victoriosos y los derrotados al finan se unen a laborar por una misma causa. No gastan sus energías en dimes y diretes antes de la escogencia, y mucho menos en hablar de fraude y engaño luego de conocerse en el resultado de una contienda. Todos los aspirantes van concientes de que sin importar quién sea el ganador, el trabajo en equipo es el que deberá reinar. Por esa razón es que los fundamentos de una campaña deben basarse sólo en el concepto eleccionario, nunca tocando fibras sensibles del aspecto personal o profesional. Ahí no hay cuestionantes. Tanto es así que, luego de culminadas unas elecciones, se traen a la mesa todas las propuestas presentadas por los candidatos ganadores y perdedores, y se condensan los puntos relevantes para formar una sóla apuesta y trabajar todos en ella.

Un regreso forzoso

Después de ver el excelente manejo que tienen en aquella ciudad fabulosa en cuanto a la campaña pre y post eleccionaria, me dio trabajo volver a la realidad. Ustedes saben que es difícil hacerlo cuando se vive en un país donde hay peleas y enfrentamientos entre candidatos hasta cuando las aspiraciones son para dirigir al “partido de asuntos sin importancia”. Por este motivo es que cada vez estoy más clara en que la gente no tiene ambición de dinero, sino de poder, y ahí es que está el peligro.

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