CRECIMIENTO PERSONAL
¿Cómo transformar nuestras energías?
Nuestros pensamientos afectan y, en consecuencia, reflejan eso que muchos llaman aura.
En una entrega anterior abordamos el tema de las energías cerca de nosotros y expusimos unos estudios realizados por científicos antiguos y contemporáneos, algunas personas me expresaron sus experiencias personales con cargas pesadas que sienten en sus casas y cómo las han alivianado con lavar los espacios con agua clara y poniendo música además de otros elementos. Algunos factores adicionales inciden en la pesadez que se siente en la casa, como trastes guardados sin usar, artículos sin movimiento pareciera que estancaran las energías, por eso es recomendable donar, compartir lo que tenemos y no estamos utilizando, permitir que otras personas las aprovechen. Algunas piezas a las que sentimos afección pueden ser recicladas dándole otro empleo, podemos sembrar bellas plantas en tazas o aplicar piedras en otros enseres.
Nuestros pensamientos afectan a nuestra persona, es la raíz de muchos de nuestros males físicos y mentales. Recuerdo a mi gran maestro, papá quien con su estruendosa voz permanentemente afirmaba ese viejo refrán que reza: “Mal vive quien mal piensa”, y en efecto, nuestros pensamientos afectan y, en consecuencia, reflejan eso que muchos llaman aura. Personas que eligen accionar desde la victimización, refunfuñando ante todo lo que ven que consideran negativo, rumiando los desaciertos propios, y ajenos, prejuicios, expectativas no cumplidas, van creando una carga en sí mismas y produciendo una atmósfera desagradable. Nadie está exento de vibrar en una frecuencia perniciosa, todo depende de la forma en que transmutamos nuestros sentimientos y pensamientos.
¿Cómo salir de esas energías? ¿Cómo transformar esos hábitos? ¿Cómo evitar que personas tóxicas nos afecten? Es elemental hacer consciencia del tipo de pensamientos que tenemos y poder gestionarlos para producir bienestar y prosperidad. Gestionar nuestros pensamientos para evolucionar esos hábitos perniciosos es fundamental. Con frecuencia nosotros mismos inconscientemente generamos malas energías. Desde el punto de vista psicológico, un terapeuta que domine técnicas cognitivoconductuales puede hacer un abordaje eficiente en la modificación de la gestión del pensamiento y mejorar la calidad de vida. Desde el punto de vista espiritual, resulta eficaz la metafísica cristiana, con afirmaciones y decretos, la meditación, yoga, la oración o cualquier técnica ayude a concebir enfocar la atención en soluciones.
Muchas personas deciden evitar las personas cuyas acciones producen malestar, o expiden toxicidad y sería estupendo, sin embargo, lamentablemente, a veces no es posible si la o las personas en cuestión tienen lazos consanguíneos o es un allegado que no podemos evadir. En estos casos, a sabiendas de que solo podemos controlarnos a nosotros mismos, podemos optar por restarles poder a esas personas que tanto nos perturban.
Cuando estamos alertas y perceptivos, podemos discernir la lealtad de los artificios de personas que solo se acercan con intereses ulteriores a los expresados. Los que nos acompañan en nuestro camino usualmente vibran en la misma frecuencia con nosotros o están ahí para ayudarnos a fortalecer algunos aspectos de nosotros. Las sombras o luces siempre afloran, especialmente cuando frecuentamos lugares o personas similares a lo que queremos provocar en nuestras vidas. Cuando se ofrece un amor genuino y un auténtico deseo de servicio.