TECNOLOGÍA Y AMBIENTE

Dispositivos inteligentes para “escuchar la selva” y prevenir la tala ilegal

El análisis masivo de datos y la inteligencia artificial permite a los dispositivos de la empresa tecnológica Hitachi Vantara “escuchar la selva” para impedir la tala ilegal en lo profundo de los bosques húmedos de Sumatra occidental (Indonesia).

Así lo ha explicado en entrevista a Efe el director ejecutivo de la compañía, Gajen Kandiah, que ha participado en la Cumbre del Clima en Glasgow.

Los bosques fueron precisamente los grandes protagonistas en la segunda jornada oficial de la COP26, tras firmar 110 países el primer acuerdo de importancia mundial de la cumbre: 19.200 millones de dólares (unos 16.600 millones de euros), provenientes de fondos públicos y privados, que serán destinados para luchar contra la deforestación de aquí a 2030.

El elemento principal del que se sirven estos dispositivos desplegados “en puntos de muy difícil acceso” en las selvas de Sumatra “es el sonido”, explica Kandiah, ya que es posible contrastar lo recogido con el paisaje sonoro habitual de la zona y así detectar algo que “no debería estar allí”, como “voces humanas, motosierras y camiones”.

De esta manera, la tecnología se convierte en aliada de la conservación de los bosques húmedos porque “permite monitorizar la selva y reaccionar de forma temprana a las amenazas que afectan a estos ecosistemas”, como la tala ilegal o la caza furtiva.

El análisis de esta ingente cantidad de información implica un importante consumo energético, pero estos dispositivos inteligentes “están alimentados por paneles solares” por lo que los diferentes sensores que incorporan -telémetros, medidores de humedad y acelerómetros- “se alimentan de forma sostenible”.

La compañía estadounidense está trabajando en otro dispositivo que “contará con sensores de gas”, lo que permitirá reaccionar ante “las quemas ilegales o los incendios forestales”.

Sumatra occidental es solo una de las diversas localizaciones donde Hitachi Vantara ha desplegado sus equipos, ya que en este momento trabajan “en 200 localizaciones en todo el mundo, como Colombia, Brasil, Perú, Austria y Alemania”.

Su rango acústico “cubre un área de tres kilómetros cuadrados con una precisión del 100 % pero sigue siendo efectivo hasta los cinco o seis kilómetros” y “son tan precisos que pueden detectar si un pájaro vuela hacia arriba o hacia abajo”, gracias a los datos de telemetría.

Kandiah ha advertido que, de todas formas, no basta con la tecnología pues “sin la colaboración de las comunidades agrícolas limítrofes no se puede proteger las selvas tropicales” y, cuando se produce una tala ilegal, “las personas que normalmente responden primero a esta amenaza son los agricultores locales”.

Así, “los granjeros también son los guardabosques” y, con la ayuda de estos dispositivos inteligentes, “ahora son capaces de reaccionar y abordar el problema”.

Actualmente, la compañía estadounidense colabora con la ong local Indonesian Conservation Community KKI Warsi, guardabosques de los bosques tropicales de Sumatra y la organización conservacionista Rainforest Connection, para proteger el bosque tropical en Sumatra.

Otra de las potenciales aplicaciones de su tecnología es la protección de la biodiversidad marina, porque “la principal causa de lesiones en cetáceos es la colisión con las hélices de los buques” y, para evitarla, “en el futuro se podría usar la escucha digital para alertar a los barcos de que están navegando cerca de un grupo de ballenas”, explica Kandiah.

“Esta no es una aplicación actual, pero nuestra sede está muy cerca de la Bahía de Monterrey”, que es mundialmente famosa por la migración de ballenas, por lo que se ha mostrado especialmente interesado en desarrollarla.