Manejo de la disciplina en las clases virtuales
Estudiantes que violentan el orden, usan un vocabulario inapropiado o tratan de boicotear la clase son episodios que los profesores pueden enfrentar en el aula virtual.
Maestros y estudiantes han tenido que adaptarse a las clases ‘online’, y en este nuevo entorno virtual han tenido que acomodarse igualmente las normas de conducta.
Que los alumnos no asistan al plantel y que, por ende, no haya que lidiar con riñas, daños a la planta física o correteos en momentos y lugares inoportunos no significa que los educadores no deban lidiar con comportamientos fuera de lugar por parte de algunos chicos y chicas.
Estudiantes que violentan el orden de participación, emplean un vocabulario inapropiado o tratan de boicotear la clase manipulando mediante la manipulación de los dispositivos electrónicos son algunos de los episodios que pueden enfrentar.
“En este nuevo escenario de educación virtual los casos son propios de ella”, comenta Amalia Incháustegui de Hernández, directora del Colegio Santa Teresita, ubicado en el Distrito Nacional y que desde marzo adoptó el modelo virtual. “Esta modalidad se presta para hacer daño a través de terceros, pretendiendo esquivar la consecuencia”.
Sobre las faltas que más observan, Incháustegui cita el vocabulario inadecuado, que en la clase presencial pasaría inadvertido si el profesor no lo escucha. También el orden parlamentario al participar en clase, lo cual se controla con la habilidad del docente al permitir la palabra mediante el manejo de los micrófonos.
Para prever y corregir estos y otros problemas, las reglas de disciplina de la institución han tenido que adaptarse, comenta la economista y doctora en educación.
Experiencia en el aula Julissa Souffront, licenciada en educación y en teología, es maestra de Lengua Española del segundo ciclo de secundaria (4to, 5to y 6to de secundaria) en un colegio del Distrito Nacional. El centro para el cual labora posee un sistema que combina aula textual y videográfica y habilitó aulas virtuales con la plataforma de Moodle en combinación Microsoft Teams.
Como maestra, es deber de Souffront velar por que se mantenga el orden en sus clases virtuales, una meta que, “con el esfuerzo requerido”, ha manejado “en un porcentaje significativo”.
Ya le ha tocado lidiar con algún travieso que manipule las cámaras o los micrófonos para sabotear su participación en clase. Sin embargo, hay casos en que los chicos enfrentan problemas reales con la conexión o con el servicio eléctrico y las excusas que dan resultan válidas.
“A veces podemos detectar que es mentira, pero no tenemos cómo probar”, explica Souffront. Por tanto, “la flexibilidad se impone en estos casos”.
“Recurrimos a los registros anecdóticos; nos dan coordenadas para pensar en frío y saber qué medidas aplicar”, cuenta.
La comprensión nunca está de más, especialmente en las circunstancias actuales. Al abrir sus casas, muchos chicos se sienten invadidos y expuestos psicológicamente, dice Souffront, y esto “debe manejarse con cuidado”.
Además, la manera en que los alumnos responden y actúan en clase puede poner en evidencia algún conflicto o situación emocional compleja por la que estén atravesando.
Qué influye en la conducta En el comportamiento de los estudiantes influyen diferentes factores. Algunos de esos factores, como por ejemplo la violencia intrafamiliar, el consumo de alcohol y la depresión, se han visto afectados fruto de la pandemia, señala Incháustegui.
Independientemente de la modalidad de las clases, argumenta, la conducta de los alumnos la moldean la formación y las características del hogar, así como la influencia del medio ambiente. Obedece, de la misma forma, a las normas establecidas por el centro educativo y a la capacidad del docente.
“En la medida que tenemos docentes más competentes, mejor preparados y con un excelente manejo de las herramientas para el trabajo a distancia, la disciplina reina. Es el docente el responsable de mantener la chispa de la atención en la clase. Esa atención se conquista, no se arrebata. Cuando ese profe tiene la habilidad de mantener a sus alumnos motivados e interesados en la clase, no hay indisciplina”, opina Incháustegui.
En su colegio, que desde marzo adoptó la modalidad de enseñanza virtual, dependiendo del nivel y el curso se emplean herramientas digitales como videoconferencias, la plataforma de Santillana, Amco, Cloud9world, Aprendiendo a Soñar y Progrentis.
Rol de padres y tutores La distancia impuesta entre maestros y alumnos hace que padres y tutores tengan que estar más pendientes de que los menores cumplan las normas establecidas por el centro educativo.
El rol de los progenitores se ha vuelto incluso más vital que antes.
Souffront indica que la comunicación constante con los padres, así como la responsabilidad de estos, favorece el trabajo de calidad que se requiere en la escuela.
Cuando algún estudiante exhibe alguna mala conducta en clase, los educadores deben contactar a los padres para reportarla. “La clave está en no dejar pasar por alto la acción del momento”, asegura la maestra.