Torre de la catedral: Cuando un burro tocó las campanas…
El campanario tiene cinco campanas, cada una con su propio nombre.
En la semivacía Ciudad Colonial atravieso junto a mi hijo Alexis el Parque Colón una mañana de día laborable, evadiendo uno que otro charco de agua de lluvia. Tras cruzar a la acera de la calle Arzobispo Meriño, Alexis toma fotos del campanario para este artículo en el Listín. Un campanario que resulta un tanto extraño por estar levantado en el atrio del templo en lugar de en la parte alta de la iglesia, como es habitual. (Hubo un campanario sobre la bóveda de la sacristía, el cual fue eliminado cuando cayó y destruyó parcialmente la bóveda).
El actual campanario tiene además una curiosa historia. Habiendo sido levantada su base maciza de sillares de piedra en el siglo XVI quedó inconcluso para evitar que esta torre superase los 18.5 metros de la Torre del Homenaje en la Fortaleza. Fue ya en el siglo XVIII cuando finalmente se construye el campanario actual, hecho en ladrillo, vigas de madera y losas de barro, y rematado por una cruz de hierro.
La soga y el burro En una fecha no sabida, cuenta Juan Alfredo Biaggi en “Las mil y una historias de la Catedral”, mientras a eso de la 1:00 de la madrugada un burro comía la yerba que crecía en torno al campanario se enredó en una cuerda: la cuerda de las campanas San Pedro y Ave María. Al querer desprenderse dio tres toques la campana de San Pedro. Era la señal acostumbrada para avisar al cura que un enfermo requería la extremaunción. Al oírlo, el cura tomó los óleos y salió, pero antes de llegar sonaron otras campanadas. Es que el burro se había enredado más. Y al querer desprenderse hacía sonar campanadas cortas y prolongadas. “Fuego” empezó a gritar la gente del entorno. Otros decían “Someten”. Otros “Pronunciamiento”. Nadie sabía qué estaba sucediendo, pero sí que era algo grave. Hasta que algunos, escuchando el continuo sonar de las campanas acudieron al lugar, descubriendo que el campanero ¡era un burro enredado en las sogas!
Cinco campanas diferentes
En el campanario de la catedral hay cinco campanas, cada una diferente de tamaño, nombre y dedicatoria. Según el orden de tamaño, dice Virginia Flores Sasso en el libro Basílica Catedral de Santo Domingo, estas son: Vacante, San Pedro, del Ángel, del Ave María y una sin nombre. La campana Vacante, fundida en 1733, es la más vieja de la Catedral. Es asimismo la más grande de la Arquidiócesis. San Pedro, la segunda en tamaño, fue fundida en 1780.
Sencilla y anónima
La campana más pequeña ocupa el lugar más alto del campanario. No tiene nombre, ni fecha de fundición, ni inscripción. Es posible, cita Flores Sasso, que esta campana tan sencilla y anónima podría haber estado antes de que llegara la Vacante en 1733.
(La fecha de fundición de las campanas no testimonia que el campanario estuviese ya levantado, pues se desconoce la fecha exacta de su construcción. Sí se sabe que todavía no estaba en 1733).