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VIAJES

Mónaco: En un bus hop-on hop-off

Plaza Alleé des Boulingrins, en Mónaco.

Plaza Alleé des Boulingrins, en Mónaco.

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CARMENCHU BRUSÍLOFFSanto Domingo, RD

El Principado de Mónaco, famoso por su Casino de Montecarlo y por celebrarse aquí las carreras de automovilismo Grand Prix de Mónaco y Rally Montecarlo, es un país que apenas cuenta con dos kilómetros cuadrados de extensión. Hacia él hemos de trasladarnos en tren mi hijo Alexis y yo, desde el pequeño pueblo francés de Villefranche, al que llegamos en lancha tomada en el crucero Sovereign, anclado a mar abierto. La distancia entre el muelle y la estación de tren es de unos 15 minutos a pie, pero con las horas contadas (la última lancha zarpa a las 4:30 p.m. hacia el barco) parece lejos. Comprobamos el camino a seguir, mas al llegar al punto señalado me confundo ante unos escalones. Es que la estación se encuentra en un terreno más alto. En boletería compramos el pasaje: 6 euros ida y vuelta cada uno.

Ya en Mónaco, asentado sobre un rocoso promontorio, la ruta para alcanzar el centro nos hace bajar y subir un largo trecho. Por el Boulevard des Moulins llegamos a la oficina de turismo y, plano en mano, descendemos por la amplia y ajardinada plaza Alleé des Boulingrins, hacia uno de cuyos lados funciona el Café Paris. Del otro, el Hotel de París. Pretendemos tomar el bus hop-on hop-off en una calle cercana, pero antes cruzamos para subir las escalinatas del Casino de Montecarlo, de estilo Belle Epoque. Entramos a su lujoso vestíbulo. En medio del magnífico decorado resalta, entre otras, la estatua de La Fortuna, con una venda en los ojos y en las manos el cuerno de la abundancia.

A corta distancia, en la parada 5, montamos en el hop-on hop-off. Son 23 euros por persona. Hay 12 paradas para desmontar y montar. Nos apeamos en la 7 (Plaza del Palacio). En el Palacio del Príncipe está a punto de empezar el cambio de guardia (a las 11:55 a.m.). La llamativa ceremonia reúne numeroso público. Logro empero ponerme en primera fila para verla. De pronto, en el espacio abierto se escucha lo que puede ser un himno. A seguidas las voces de mando y a los pocos minutos, unos tras otros las 12 campanadas del reloj de la torre, un himno y el redoble de tambores donde en la amplia explanada a paso firme se entrecruzan los militares.

De aquí nos dirigimos a pie hasta la Catedral donde yacen enterrados, sin túmulo alguno, el Príncipe Rainiero y Grace Kelly, la actriz convertida en princesa. Cruzamos frente al templo a contemplar el paisaje marino y caminamos cuesta abajo hasta el Museo Oceanográfico. Tras larga espera, tomamos el hop on hop off. ¡A buscar dónde comer!.

ALGO MÁS En Mónaco es casi imposible conseguir un taxi. Quien debe volver a la estación tendrá que hacerlo a pie.

Es el segundo país más pequeño del mundo.

-Cuenta con el mayor número de millonarios por habitante.

1- Escultura La Fortuna, en el Casino de Montecarlo. 2. Ceremonia en la Plaza del Príncipe. FOTOS CARMENCHU BRUSÍLOFF. Y ALEXIS RAMOS B.