ARTE

Desde pianos hasta microbios: los inusuales museos de los Países Bajos

El atractivo cultural de los Países Bajos, más allá de los habituales Rijksmuseum o Van Gogh, incluye museos más pequeños y mucho más inusuales dedicados a los pianos, las bacterias, el ajedrez, el agua o el pinball.

"Los microbios están en todas partes y son importantes para nuestra salud. La mayoría de la gente piensa en enfermedades, virus y bacterias malas, pero en realidad les debemos mucho", según el microbiólogo Jasper Buikx, del museo Artis Micropia.

La campaña actual de Micropia, situado en Ámsterdam, busca defender lo "indispensables" que son los microorganismos para el amor y, a través de una ruta especial, los visitantes reciben respuestas a cuestiones como "por qué sienten mariposas en el estómago con el primer beso" o "el papel que juega el olor corporal en la elección de la pareja".

Según el museo, más de 80 millones de microbios se intercambian en un beso íntimo de diez segundos y advierte de que "cuanto más, mejor", porque estos microrganismos "entrenarán y fortalecerán" el sistema inmunológico.

Colocando los pies en unas marcas señaladas en el suelo, los visitantes pueden ver en una pantalla un reflejo del cuerpo y los puntos exactos donde están los microbios, junto a su significado y sus efectos.

"Muchas de nuestras hormonas se producen en el intestino. Más de la mitad de nuestras hormonas inductoras del amor y la excitación, dopamina y serotonina, se producen allí. Nuestro intestino puede determinar perfectamente de quién nos enamoramos", añadió Buikx en declaraciones al diario holandés NRC.

Artis Micropia recuerda asimismo que las enfermedades de transmisión sexual, como el VIH o la clamidia, se producen por el intercambio de "microbios no deseados" durante el contacto sexual.

Junto a los microbios, otro factor importante para nuestro organismo es el agua, y por ello, la ciudad de Utrecht le dedica Waterline, todo un museo para el elemento que ha sido amigo y enemigo de los Países Bajos durante siglos.

Hubo momentos en la historia en los que causó dolores de cabeza a los ingenieros neerlandeses, que tuvieron que pensar en cómo mantener equilibrado un territorio situado bajo el nivel del mar, aunque el agua también le sirvió a este país del norte de Europa para defender sus fronteras.

El museo acoge grandes modelos y exhibiciones para ofrecer una visión histórica de los momentos más complicados para los Países Bajos, en los que el agua fue también su gran arma.

Junto al agua están los museos dedicados al Muro Atlántico, el proyecto colosal orquestado por los nazis para construir una serie de fortificaciones de 5.000 kilómetros para evitar que los Aliados invadieran el continente europeo durante la Segunda Guerra Mundial.

La exposición más relevante está ubicada en un antiguo búnker alemán en la playa de Scheveningen (La Haya), que acoge exhibiciones dedicadas no solo al enemigo, mostrando objetos de las fuerzas nazis, sino también a los pobres forzados a ayudar en la construcción del Muro Atlántico.

Sin embargo, los museos más extraños de los Países Bajos no solo están dedicados a la historia o la biología, sino también los hay que muestran los encantos de los pasatiempos.

El Museo holandés del Pinball, situado en un antiguo almacén de Rotterdam, permite a sus visitantes observar pero también toquetear y probar los objetos en exhibición.

Con 70 máquinas distintas, que se remontan a diferentes épocas desde 1990, este museo permite a los más curiosos jugar a los clásicos como la familia Addams pero también ayuda a varias generaciones a reencontrarse con su propia infancia.

También hay arte para los más clásicos: el museo de las pianolas, un instrumento "símbolo de Estado", como se define a sí mismo este centro cultural en su página web.

Los propietarios de este museo, amantes de la música, han dedicado las últimas décadas a rescatar de los vertederos y a restaurar decenas de pianolas, que hoy pueden reproducir desde sinfonías clásicas hasta "Thriller", de Michael Jackson.