Destino
Barbados: una isla sin ríos ni lagos naturales
Su distancia más larga: 33.7 kilómetros de norte a sur. La más ancha: 22.5 kilómetros, de este a oeste. Pese a su reducido tamaño y la falta de ríos y lagos naturales, Barbados atrapa la atención con atractivos tours. Entre otros, expedición en el submarino Atlantis (US$110.00 por persona), recorrido por la cueva de Harrison, práctica de snorkel con tortugas de playa y conducir un 4 x 4 por el interior de la isla. No estoy para tales experiencias. Con mi hijo Alexis compro en el barco la excursión Panoramas de Barbados (US$ 38.00 por persona). El guía es excelente: Henry Jamal.
Desde Bridgetown, la capital, enrumbamos hacia el norte. Un estadio de cricket demuestra cuán arraigado está dicho deporte en las pequeñas islas caribeñas. En el trayecto me entero que Barbados es el productor de ron más antiguo del mundo. Su destilería, que vemos desde el bus, produjo en 1703 el primer ron del mundo: Mount Gay.
En este transitar, un monumento recuerda la tragedia del avión cubano que en 1976 se estrelló a dos millas del lugar, por la explosión de una bomba colocada en Venezuela. Fallecieron atletas de Cuba y de Corea del Sur. Al rato llegamos a una zona de propiedades de lujo: Sandy Lane. Aquí tiene una casa la cantante Rihanna, quien es nativa de Barbados.
Tras atravesar el sector donde se levanta la Iglesia Metodista St. James y un centro comercial de lujo nos adentramos por zonas rurales donde, comenta el guía, hay una población de monos silvestres: los monos verdes les llaman, por la tonalidad que a veces adopta su piel. Según Jamal, de estos se prepara la vacuna de polio, un proceso realizado en Canadá.
En la carretera llena de baches nos circundan vegetación y cañaverales. ¡Al fin una parada! Frente al mar, un viento retozón en Bath-sheba Park disipa la inesperada bruma en un entorno de bien cuidado césped, mesas con bancos, un kiosko donde al turista del tour brindan una bebida (un trago de ron, un jugo o agua), una tiendecita de souvenirs y un paisaje donde desde las aguas azules se elevan, cual esculturas gigantescas, rocas que fueron parte de un antiguo arrecife de coral. A todo lo largo se extiende la playa de Bathsheba, o Betsabé.
Volvemos por carreteras en muy mal estado hasta apearnos ante la iglesia St. John (San Juan). El templo de estilo gótico clásico data de 1836, aunque el coro y el presbiterio se agregaron en 1876. Al regreso hacia Bridgetown, Jamal señala la zona de los acuíferos: el agua de lluvia se filtra por el suelo para ser recogida en el depósito principal que la distribuye. Es que Barbados no tiene ni ríos ni lagos naturales.
Frente al área de la primera defensa inglesa que protegía la isla completa, resalta en lo alto la estatua de un león con una pata sobre el globo terráqueo. Fue tallada por un soldado en el puesto de vigilancia que cubría 360 grados a la redonda. Casi finalizando el tour, acercándonos al área comercial donde resaltan diamantes y esmeraldas, se levanta el monumento de la Emancipación.