CAMINOS DE DIOS
Redención
“Y desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena”. En ese instante, Jesús clamo a gran voz, diciendo: “Elí, Elí, ¿lama sabactani?”. Esto es: “Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”. Gimió con toda su alma, justo antes de expirar, demostrando que no le quitaban su vida, sino que la entregaba libremente en manos de su Padre. Mostró que por su inmenso amor se ofreció a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Murió porque era necesario que muriera para redimirnos y darnos vida eterna, y reconciliarnos con Dios. Se había comprometido a hacerse ofrenda por el pecado y ahora lo cumplía cuando entregaba voluntariamente su último aliento. La agonía había terminado y empezaba la redención para toda la humanidad.