ENCUENTRO CON LA VIDA

Centros con una A+ de aprobados

Tres de los centros educativos mejor posicionados en el Distrito Nacional, cada uno en un distinto nivel o modalidad, conversan con LISTÍN DIARIO.

Más de 220,000 estudiantes y cuatro asignaturas. 3,587 centros en educación básica; 1,677 en media y 202 en técnica profesional. Son algunas cifras de las Pruebas Nacionales del 2012. 

A partir de los resultados de estos exámenes, aplicados cada año a los alumnos del último año de educación básica y media, la fundación Pensar y Crecer elaboró su segundo ranking escolar Clace. 

Presentado en marzo, Clace 2012 clasificó los centros en cuatro categorías: A, B, C y D. Apenas una treintena de nombres entró en la categoría A: los de aquellas instituciones que lograron que entre el 85 y el 100 por ciento de sus alumnos aprobaran las cuatro asignaturas evaluadas en las Pruebas Nacionales. 

Fueron cuatro centros de educación básica, 25 de educación media modalidad general, y apenas tres de educación media modalidad técnica. 

Tres de los centros mejor posicionados en el Distrito Nacional, cada uno en un nivel o modalidad distinta, conversan con LA VIDA sobre las estrategias a las que deben sus resultados. 

Directivas de Babeque Básica, New Horizons y Los Arbolitos cuentan su experiencia. ¿Qué tienen en común? La preocupación por la capacitación docente, la importancia dada a la evaluación de los estudiantes de nuevo ingreso y aulas compuestas por grupos pequeños y manejables.

Claves para la educación de hoy

Solo cuatro centros educativos, de más de 3,587, obtuvieron una A en educación básica. De esos cuatro, únicamente dos se encuentran en el Distrito Nacional, y el mejor posicionado de esos fue el colegio Babeque básica. 

El logro, según la directora de educación básica de ese colegio, Ingrid Bogaert de Amell, llena de orgullo a la institución fundada en 1970. 

Pero no hay que dormirse en los laureles. “La educación -dice- es un proceso del día a día”. 

A pesar de introducir innovaciones constantes a fin de mejorar la calidad de la docencia, el centro no descuida los fundamentos de la educación tradicional. Puede contar con un laboratorio de ciencias para los alumnos del primer grado, pero sigue dando importancia, por ejemplo, a las tareas hechas en el cuaderno y a la enseñanza de asignaturas como Lengua Española y Matemáticas. 

“Estos son años en que se establece lo básico”, expresa Bogaert de Amell. 

Una educación básica exitosa -y en general, una buena formación- es posible cuando desde el nivel inicial se construye una zapata fuerte. 

Raquel Armenteros, directora de educación inicial, señala el respeto al juego como una de las estrategias más importantes en este nivel, ya que en los primeros años todo el conocimiento se integra a través de actividades lúdicas. 

Tampoco hay que pasar por alto el impacto de contar con un entorno privilegiado y una sede espaciosa (“pero sin excesos”, aclara ella).

“Los niños desde pequeñitos disfrutan de un espacio donde pueden estar en contacto con la naturaleza, descubrir y desarrollar sus cinco sentidos en la primera etapa de la vida”, explica Armenteros. 

Revisión

En el 2004, Babeque básica inició la revisión de su proyecto curricular. El proceso, que tomó aproximadamente seis años, contó con la participación de todo el equipo docente y directivo y eso, en opinión de Armenteros, ha permitido que el personal se apropie del proyecto, de modo que de lo planificado, además de corresponderse con la realidad de la institución, se lleve a la práctica. 

Ese proyecto curricular, de acuerdo con Bogaert de Amell, respeta los lineamientos oficiales pero integra competencias humanas a los contenidos académicos. 

“Trabajar con competencias implica proponer a los alumnos actividades que se conectan con las realidades de la vida, o sea metodologías activas en las que el hacer es muy importante. Obliga a cambiar la forma de evaluar al alumno, centrándonos más en los procesos y en una evaluación formativa y acumulativa”, explica. 

Los maestros tienen un rol fundamental en el cumplimiento de los objetivos del colegio que en la actualidad cuenta con 562 estudiantes y 97 empleados entre profesores y personal auxiliar. 

“Si queremos calidad de la educación debemos tener calidad en los maestros”, dice Bogaert de Amell, psicóloga educativa que llegó al colegio como parte del departamento de Orientación en 1979. 

“Para poder realizar este trabajo -agrega- necesitamos contar con profesores de calidad profesional y humana, que sean capacitados permanentemente y que sus esfuerzos sean bien remunerados”. 

Esa buena remuneración a la que hace referencia contribuye a que haya un personal estable y esto, a su vez, ayuda a implementar proyectos y estrategias a largo plazo. 

“Tenemos personas con muchos años de trabajo”, señala Armenteros, una exalumna del Babeque que ya tiene 20 años laborando en la institución. 

Como ella hay otros miembros del cuerpo docente que salieron de las filas del colegio. Y eso, según esta educadora, les da un cierto sentido de pertenencia: “Son personas que viven este trabajo”. 

“La educación es un proceso del día a día”

Aunque los alumnos de educación básica del Babeque y los de media del New Horizons y Los Arbolitos tuvieron un buen desempeño en las Pruebas Nacionales del 2012, directoras de estas instituciones coinciden que que la calidad educativa no se determina solo en términos cuantitativos. 

“Un examen no es determinante”, afirma Delta Eusebio Pol, directora de Los Arbolitos, cuya educación media entró en la clasificación A del informe Clace 2012. 

Una opinión similar tiene Priscilla Garrido, su homóloga del New Horizons, clasificado A en el renglón de educación media técnica. 

“Las Pruebas Nacionales no deben ser el único indicador que refleje la calidad o las áreas a mejorar de los centros educativos. Las instituciones educativas deben ser evaluadas por la calidad de su producto final: los egresados, cómo les ha ido en las universidades y como profesionales”, explica. 

Ingrid Bogaert de Amell, directora de educación básica del Babeque, destaca que una buena enseñanza debe incluir el desarrollo de competencias y habilidades. Las educadoras aseguran que, aunque los recursos y la infraestructura influyen en el resultado del trabajo, nada es más determinante que la calidad del personal docente.

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