Réquiem por los suplementos literarios

El artículo aparecido en LISTÍN DIARIO, el domingo 3 de los corrientes, sobre las páginas literarias que acostumbraban a incluir los diarios capitaleños, en sus ediciones del fin de semana, no solo me llamó la atención, sino que tocó una fibra muy sensible de mi corazón. Tuve el honor, no sé si merecido, pero sí el placer sentido desde el corazón mismo de colaborar en el suplemento literario del periódico El Caribe, dirigido por Doña María Ugarte. En la página 19 de dicho suplemento, pude, bajo la sabia dirección de esta decana del periodismo nacional, desarrollar, sin cortapisas ni censura, mis investigaciones sobre las artes menores y todo lo que concierne a los museos dominicanos, así como a la decoración de interiores, la plástica, la arquitectura, en fin, sobre todo lo que de alguna manera modifica y mejora nuestra cultura. Tuve la oportunidad, además, con el beneplácito de Doña María Ugarte, de crear un personaje con el objeto de comentar de forma jocosa todo acontecimiento que de una forma u otra afecta a nuestra sociedad. Así nació Emma, mi cocinera y factótum, sabia y prudente, agorera y soñadora. Amiga de todos pero crítica audaz de todo lo que afecta al pueblo dominicano en su conjunto, en especial a la clase más vulnerable, víctima per se de todo atropello e injusticia desde tiempos inmemoriales. Doña María Ugarte dirigió un suplemento literario, en el amplio concepto del término, que marcó un hito en el periodismo de nuestro país. Por sus páginas desfiló lo más granado del periodismo y la intelectualidad dominicana. Luego de su retiro, aconteció lo que se puede llamar “el episodio negro”. Expertos extranjeros en periodismo dizque moderno, de vanguardia, dictaminaron que los suplementos literarios ¡no vendían! Por lo que debían ser eliminados de los periódicos. “Vergüenza contra dinero”. Así hemos llegado a estas fechas, en donde los periódicos dominicanos, ya sean impresos o digitales, no brindan a sus lectores la oportunidad de recrear su imaginación e intelecto mediante un suplemento literario que derrame cultura, ideas y una perspectiva de vida e ilustración que trascienda el diario discurrir. ¡El argumento de estos días es que la juventud solo lee lo que es breve! Es como si a esta sociedad se la hubiera condenado a la mediocridad, al adocenamiento y a la superficialidad de YouTube y Facebook!