Código de ética no evitará conflictos en las escuelas
El presidente del gremio, Eduardo Hidalgo, estima que la gestión del Ministerio de Educación no ha sido capaz de entender, ni dar la atención requerida a las verdaderas necesidades del sistema educativo
El presidente de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) calificó el Código de Ética presentado por el Ministerio de Educación de redundante, limitado y desconocedor de los principios, objetivos y medidas disciplinarias en los centros educativos.
Consideró que esas medidas incluso ya están concebidas en 11 artículos del decreto 639-03 emitido para establecer el Estatuto del Docente en la República Dominicana.
Hidalgo indicó que el ministro de Educación, Ángel Hernández, a través de la Orden Departamental 13-2023 sólo hace extensivo a los directores de los centros educativos, algunos de los principios y amonestaciones, que ya están concebidos en el Estatuto del Docente y que fueron aprobados hace 20 años.
Precisa que los artículos del 93 al 104 del Estatuto del Docente establecen el régimen disciplinario aprobado, que procura que las faltas sean juzgadas sobre la base de criterios de objetividad e imparcialidad y conforme a un procedimiento rápido, que garantice el derecho de defensa y las reglas del debido proceso.
Recordó que el Estatuto del Docente procura contribuir a que los docentes cumplan leal, eficiente y honestamente sus deberes, así como garantizar que no transgredan las responsabilidades funcionales a su cargo.
Igualmente, contiene los mecanismos que procuran garantizar que los docentes cumplan cabalmente con sus deberes y gocen del ejercicio de sus derechos.
“Con el Estatuto establecido, se procura, también, dar participación al centro educativo y a la comunidad educativa, en el juzgamiento de los hechos investigados. Incluyendo las propias autoridades. Por lo tanto, el Código de ética que propone las presentes autoridades del MINERD, realmente, queda corto, a las medidas disciplinarias que ya están establecidas en el sistema educativo”, explica Hidalgo en un comunicado de prensa.
A juicio el presidente de la ADP, el gran reto del Ministerio de Educación es predicar con el ejemplo, tomando en cuenta que ha fracasado en lograr la creación y la ejecución de las políticas socioeducativas necesarias que reduzcan los males sociales y familiares.
Hidalgo estima que ese fracaso es el origen real de las incidencias que se dan en el sistema escolar público dominicano.
cifras de estudio
La Dirección de Orientación y Psicología informó el pasado lunes que ha detectado 1,154 estudiantes embarazadas, 3,414 en uniones tempranas, 1,158 que son padres, 3,005 que son madres, 16,858 con situaciones emocionales y 668 estudiantes con ideas suicidas.
El informe también reveló que 875 estudiantes se infringen autolesiones; 289 estudiantes con intento de suicidio; 331 incidentes de estudiantes asociados al consumo de alcohol; 2,259 estudiantes con situaciones asociadas al uso de cigarrillo; 962 situaciones asociadas a abuso infantil; 40 situaciones estudiantiles asociadas a la trata de personas; 86 estudiantes diagnosticados con SIDA y 725 situaciones estudiantiles asociadas a la violencia intrafamiliar.
Además, se registraron al menos 20,120 conflictos violentos entre estudiantes y 1,724 enfrentamientos entre alumnos y docentes desde septiembre de 2022 (inicio del año escolar vigente) hasta el pasado mes de abril.
El informe señala también que ocurrieron 297 hechos violentos entre los alumnos y personal de apoyo y/o administrativo, mientras que entre profesores y familiares de estudiantes sucedieron 322 conflictos. Asimismo, de docente a docente fueron 177 hechos violentos.
"Esas cifras evidencian que la gestión del Ministerio de Educación no ha sido capaz de entender, ni dar la atención requerida, a las verdaderas necesidades del sistema educativo"
Para Hidalgo, esas cifras indican que el Ministerio de Educación tampoco, ha manejado correctamente la seria crisis socioeducativa que atraviesa la República Dominicana y, erróneamente, refleja el problema educativo en la figura del docente, lo cual revela su propio nivel de impericia y desconocimiento sobre la realidad educativa nacional.