Hospicio San Vicente de Paúl
Un siglo al servicio de los adultos mayores
El 8 de julio de 1923, el centro quedó instalado y desde entonces han cuidado de envejecientes.
Paz, calma y hospitalidad son las primeras sensaciones que florecen al adentrarse en las inmediaciones del Hospicio San Vicente de Paúl, ubicado en el mismo corazón de Santiago de los Caballeros, y que celebra su centenario al dar acogida a los adultos mayores de esta ciudad.
El 8 de julio de 1923, el centro quedó instalado y desde entonces han cuidado de envejecientes como Aureliano Pérez, de 87 años, cariñosamente conocido como “Papucho”, quien se encontraba en los pasillos y al percatarse de la presencia de un equipo de LISTÍN DIARIO, sonrió a las cámaras con amabilidad.
El origen de este hospicio fue la acción realizada previamente, el 2 de mayo del mismo año, por el farmacéutico Emiliano Bergés, quien había rescatado de las calles a tres ancianas desamparadas.
A raíz de esta obra y, con el pasar del tiempo y distintas vicisitudes, en 1926 la Alcaldía de la ciudad donó el terreno en el barrio de Villa Belén (El Maco), donde fue construido el edificio que alberga hoy este hospicio, en la calle José María Cabral y Báez #19.
“Esto es un resort”, expresó María Olimpia, de 78 años, una de las señoras del hospicio, quien dice que este lugar les da una forma de vivir en paz con Dios, que disfruta de caminar y ayudar a sus compañeros.
María, quien se encontraba en el jardín aguardando pacientemente, contó que al venir aquí, lo más grande que tuvo que desprenderse fue de su perrita Carol, la cual todavía oye grxitando en su cabeza y recuerda con mucho amor.
La señora es Testigo de Jehová y tiene su reunión los sábados en la tarde, porque no puede trasladarse a los encuentros que, por lo general, son de noche.
Papucho, María y el resto de envejecientes allí encontrados, agradecen las atenciones y el cuidado recibido por parte del personal del hospicio, donde son tratados con cariño y gentileza.
El hospicio ahora
Actualmente el hospicio acoge un total de 90 ancianos, que son favorecidos con terapia física ocupacional y otras actividades recreativas como: dibujo, baile, pintura, excursiones una vez al mes que lleva por nombre “Tour de Mayores”, entre otros.
“Todos los días ellos tienen una rutina de actividades, entre ellos juegos de mesa, cuentan sus historias, hacen el rosario todos los días a las 3:30 de la tarde, eucaristía dos veces a la semana, ven televisión y se le ponen películas”, relató Alexandra Quezada, coordinadora de Gestión Social. Además de cultivar la parte espiritual, recibir charlas educativas e interactuar, hacer ejercicios motrices y de memoria, por su puesto esta Organización No Gubernamental (ONG) asegura una alimentación balanceada.
A favor de otros abuelos
Más voluntarios.
Soraya Cordero, directora ejecutiva de esta institución de cuidado al adulto mayor, explicó que necesitan mayor número de voluntarios que cooperen con la alimentación y organización de las actividades que realizan a favor de estas personas.
Más fondos.
A propósito de las diez décadas que celebra el Hospicio San Vicente de Paúl, la institución proyecta ampliar su capacidad en favor de otros abuelos y abuelas, por lo que esperan conseguir mayores fondos económicos para garantizar una mejor calidad.