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Las alianzas electorales, sus triunfos y fracasos en República Dominicana

  • Una estrategia común utilizada por los líderes políticos para alcanzar el poder.
En 1996 Balaguer y Bosch se aliaron para impedir el triunfo de Peña Gómez.

En 1996 Balaguer y Bosch se aliaron para impedir el triunfo de Peña Gómez.

Las alianzas electorales vuelven a adquirir trascendencia en el país, esta vez con miras a las elecciones presidenciales, legislativas y municipales del próximo año. Es una estrategia común utilizada por los líderes de los partidos políticos para ganar el poder. En esta ocasión la impulsan los partidos opositores de la Liberación Dominicana (PLD), Fuerza del Pueblo (FP) y Revolucionario Dominicano (PRD)-

En República Dominicana desde el ajusticiamiento del tirano Rafael L. Trujillo se han concertado grandes alianzas, en las que se vieron involucrados, primero, los mesiánicos de estos lares Joaquín Balaguer, Juan Bosch y José Francisco Peña Gómez.

La práctica continuó como un negocio más lucrativo con los expresidentes Leonel Fernández, Hipólito Mejía y Danilo Medina, así como con Miguel Vargas, Federico Antún Batlle, el presidente Luis Abinader, y una pléyade de dirigentes enclautrados en por lo menos 35 partidos minoritarios al día de hoy.

Balaguer, quien gobernó durante 22 años como líder del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), se la agenció siempre para atraer hacia su centro una serie de satélites, que lo matuvieron a flote cuando las tormentas se avecinaron, Así ocurrió en las elecciones de 1986, 1990 y 1994 cuando la sumatoria de los aliados fue justificativa en sus triunfos, sin que se requiera todavía la segunda vuelta electoral.

Alianzas fallidas

En el Gobierno de los 12 Años de Balaguer la oposición concertó dos grandes alianzas electorales que fracasaron por motivos diferentes.

La más ensordecedora fue el Acuerdo de Santiago en 1974, que encabezó el PRD de Peña Gómez. Un pacto variopinto, que integraron partidos de la extrema derecha, la extrema izquierda y sectores liberales, en pos de derrotar a Balaguer. La alianza se vio precisada a retirarse del proceso electoral ante la represión policíaco-militar balaguerista. No obstante cuatro años después sus vestigios indujeron el fin de esa época.

En el proceso electoral de 1974 se formó además el Bloque de la Dignidad Nacional, encabezado por Bosch, que se había dividido del PRD en 1973 y fundado el PLD. Fue traumática la desintegración de este bloque opositor, que también integraba un conjunto de organizaciones de izquierda. Bosch se retiró de manera abrupta, mientras se celebraba una manifestación en el “Puente de la 17”.

Dos grandes pactos

En las elecciones de 1994 Peña Gómez había logrado recomponer al PRD, que se dividió en 1990. Otro gran logro había sido nuclear otra gran alianza de partidos, que se denominó “Acuerdo de Santo Domingo”, para volver a enfrentar la reelección de Balaguer. Este gran bloque no logró su cometido de alcanzar el poder, en medio de una profunda crisis política tras la denuncia de su líder de que había sido víctima de un fraude colosal.

No obstante, dos años después Peña Gómez no pudo superar el instituido 50 por ciento más un voto para ganar las elecciones de 1996 y el Acuerdo de Santo Domingo cayó nuevamente en la segunda vuelta electoral.

En este escenario se produjo un acontecimiento que estremeció el país: El Frente Patriótico, para cerrar el paso a Peña Gómez. Esta alianza entre Balaguer-PRSC, cuyo partido había caído en un lejano tercer lugar con su candidato Jacinto Peynado, se alió con Bosch-PLD, cuyo candidato Leonel Fernández había alcanzado el segundo lugar.

El Frente Patriótico ganó impidiendo el triunfo de Peña Gómez, pero jamás se replicaría, ya que en las elecciones del 2000 Balaguer (24.60%), que ya le había puesto el calificativo de “comesolos”, renegó de una nueva alianza con el PLD y su candidato Danilo Medina, que quedó en un lejano segundo lugar (24.94%). Medina se retiró de la contienda y reconoció el triunfo de Hipólito Mejía-PRD (49.87%).

Alianzas modernas

Luego de este proceso partidos minoritarios, incluyendo el dividido PRSC, comensaron a girar, ora en el PRD, ora en el PLD, convirtiéndose en bisagras. El partido morado obtuvo los mayores beneficios con Fernández en el período 2004-2012 y Medina en el 2012-2020, mientras el PRD se devoraba internamente.

Por esta razón, cuando finalmente el partido blanco se dividió en 2014, Miguel Vargas-PRD pasó a apoyar la reelección de Medina en 2016, intergrándose al Bloque Progresista conformado por alrededor de 14 partidos minoritarios, incluyendo el PRSC. El PLD quedó entonces como el único partido grande.

El panorama volvió a cambiar en las eleccioens del 2020, tras la división de Fernández del PLD y la formación de su partido Fuerza del Pueblo. Además el impacto provocado en las elecciones de 2016 por el nuevo Partido Revolucionario Moderno (PRM) y su candidato Luis Abinader, que obtuvo 34.96%.

En 2020 el PRM, FP, PRSC y otras fuerzas minoritarias concertaron alianzas parciales con buenos resultados a nivel municipal y congresual. Abinader ganó las elecciones en primera vuelta (52.52%). Ahora a seis meses de las elecciones municipales y a nueve de las presidenciales, surge de manera parcial la Alianza Opositora Rescate RD para enfrentar a Abinader y al oficialista PRM.