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POLÍTICA

FINJUS advierte transfuguismo político debilita el sistema de partidos y atenta contra el pluralismo

Llamó a la sociedad a mantener su atención a este fenómeno que daña la democracia.

Servio Tulio Castaños Guzmán, vicepresidente de Finjus.

Servio Tulio Castaños Guzmán, vicepresidente de Finjus.ld

La Fundación Institucionalidad y Justicia (FINJUS) consideró que el transfuguismo político debilita el sistema de partidos del país y atenta contra el pluralismo político.

El vicepresidente de la entidad, Servio Tulio Castaño Guzmán, advirtió que la idea del debate democrático, de la conquista de las simpatías y del predominio de las mejores posiciones se derrumba con cada tránsfuga.

“Si aceptamos estos ¿dónde quedan sus valores cuando algunos representantes que estaban en una bancada de forma abrupta pasan a ser parte de las filas contrarias?, se preguntó el jurista.

Llamó a la sociedad a mantener su atención a este fenómeno que daña la democracia y a elevar la voz para que los órganos competentes adopten las regulaciones que sean adecuadas para que la conducta ética y política de los partidos políticos y sus integrantes sea coherente con los valores democráticos que la sociedad dominicana ha pregonado en las últimas décadas.

Manifestó que la solución no reside en vulnerar el derecho a la participación política, sino que, dentro de marcos razonables y proporcionales, se establezcan los límites lógicos que desestimulan el transfuguismo, a fin de salvaguardar los principios constitucionales y democráticos vitales que hoy están en riesgo, como el pluralismo político, la tolerancia, la transparencia y la certeza.

Dijo que cada persona tiene derecho a ejercer una participación política estable y activa, señalando que esa es una condición sine qua non del desarrollo social y político de una nación.

Expresó que, en el marco de una sociedad democrática, esa participación debe ser coherente con la visión del sistema político imperante y el contenido y alcance de los actos de los órganos estatales, los partidos políticos y las normas que los regulan.

Apuntó que la sociedad dominicana ha expresado de manera clara en las últimas décadas que aspira a vivir en el marco de un sistema democrático plural, representativo, transparente y basado en reglas claras y justas.

Sostuvo que por ello no es de extrañar que los partidos políticos, concentren tanto interés y atención de la sociedad y los medios de comunicación, porque son ellos las plataformas donde los individuos se agrupan en base a sus preferencias e ideas.

Detalló que la Constitución reconoce la participación política como un derecho fundamental, mismo que el Estado debe garantizar y promover de manera equilibrada, razonable e igualitaria.

“El pluralismo político resulta aquí de gran relevancia, pues es el principio y valor fundamental de la democracia, y conlleva la existencia de una gran diversidad ideológica que debe ser respetada dentro de límites razonables y proporcionales establecidos por las leyes”, enfatizó.

A su juicio resulta imprescindible que sea también reconocido el derecho de cada ciudadano de modificar sus posiciones e incluso tener la posibilidad de cambiar sus preferencias partidarias.

No obstante, sostuvo que se cierne sobre la democracia dominicana el peligro del transfuguismo político, entendido como el acto mediante el cual un miembro de una agrupación política se desliga de ella y emigra a otra.

Consideró que, desde un enfoque meramente individual, parecería ser un derecho fundamental garantizado constitucionalmente, cónsono con la expresión de la libérrima voluntad de asociación y pertenencia política sin más limitaciones que las impuestas por las leyes.

“Sin embargo, creemos que el transfuguismo desenfrenado podría convertirse en un pesado lastre para la democracia dominicana porque pone en cuestionamiento y desvirtúa valores y principios cardinales que son inherentes a la formación de los partidos y a los cuales deben ajustarse en su pretensión de ser representantes de la voluntad de sus afiliados”, apuntó.

Daño a la democracia

Manifestó que cuando un representante político decide de manera abrupta y casi siempre intempestiva abandonar las filas de su militancia, deja a un lado los deberes de fidelidad, tolerancia y continuidad que lo unen con sus seguidores. En otras palabras, los representantes elegidos de cada afiliación política encarnan los intereses de sus electores y por ende su voluntad.

Entiende que, por ello, sin distinción de la noción que se utilice, el transfuguismo refleja una idea sesgada de vida democrática, porque no demuestran consistencia con lo que promueven. Como consecuencia directa de este planteamiento se eleva el desinterés y la desconfianza de los ciudadanos, pues distorsiona el sentido de la participación de los ciudadanos en las elecciones, desde el momento en que su representante abandona las ideas que fueron la base de su triunfo.

Indicó que existe una franca diferenciación entre la libertad política de una persona para afiliarse a un determinado partido y por el otro lado su libertad de abandonar las filas de la agrupación que lo elevó a una determinada posición.

Aunque dijo que popularmente este hecho se asocia a la traición, más bien lo vemos como una manifestación de la disidencia política, con el inconveniente de que origina un desbalance a nivel democrático y constitucional.