educación

¿Qué necesitan tus hijos ?

“Comprender no equivale a permitir, lo cual decidiremos en cada caso, porque ahora tenemos el rol de padres”

Padre compartiendo un momento alegre con su hija. Foto: Instituto IMEO.

Padre compartiendo un momento alegre con su hija. Foto: Instituto IMEO.EFE

El arte de la crianza, que no admite respuestas ni soluciones mágicas, se fundamenta en el apego, la inclinación natural de los padres a sentir que estamos cubriendo, como adultos, las necesidades de nuestros hijos al proporcionarles alimento, la seguridad de una casa, y el abrigo en forma de ropa o abrazos que los reconfortan, señala el especialista Francisco Castaño.

Profesor de educación secundaria, conferenciante y asesor familiar en la educación de niños y adolescentes, Castaño, es creador del método “Aprender a Educar” que ayuda a madres y padres a adquirir las habilidades educativas necesarias para afrontar los problemas de comportamiento y conflictos con los hijos y, en lo posible, procurar evitarlos.

“Lo queramos o no, nuestros hijos nos miran, y su cerebro se programa y valora el entorno a través de esta observación”, señala.

Nuestros hijos necesitan firmeza y cariño. Foto: Elina Fairytal/Pexels.

Nuestros hijos necesitan firmeza y cariño. Foto: Elina Fairytal/Pexels.EFE

Por eso es importante “educarlos a través del ejemplo, la autocrítica y la humildad, siendo capaces de reconocer nuestros errores y de corregir el rumbo, teniendo en cuenta esa voz que muchas veces se nos olvida escuchar como padres, la del sentido común”, según este experto.

“Si cuentas con las herramientas adecuadas, no hay ningún obstáculo para educar a tus hijos desde “tu mejor versión como padre”, señala Castaño, haciendo referencia al título de su último libro, donde desarrolla este concepto y que ha sido publicado en audiolibro por Audible, empresa de Amazon.

Castaño hace hincapié en la necesidad de educar a nuestros hijos en base a como son en realidad, en vez de basarnos en nuestras propias expectativas respecto de como deberían ser, sin pretender cambiarles y procurando predicar más con nuestro ejemplo que con nuestras palabras.

“Sin olvidar que cada familia tiene sus propias circunstancias y particularidades, una buena crianza debe atender y satisfacer una serie de necesidades de los hijos”, de acuerdo a este educador.

Niña mirando a sus padres mientras estudia. Foto: Instituto IMEO.

Niña mirando a sus padres mientras estudia. Foto: Instituto IMEO.EFE

“¿Qué necesitan nuestros hijos de nosotros?” es una de las preguntas que algunas madres y padres le plantean a Castaño durante sus talleres prácticos y conferencias. Este especialista describe a continuación, algunas de las necesidades infantiles que la educación y la crianza paterna deben cubrir.

COMPRENSIÓN.

Castaño destaca que “los padres necesitan comprender a sus hijos para poder educarlos mejor”. Señala que por ejemplo “todos hemos sido adolescentes e hicimos muchas ‘cosas de adolescentes’ en esta etapa de nuestra vida. Entonces cuando somos adultos tendremos que comprender que nuestros hijos van a hacer también muchas ‘adolescentadas’ y tonterías.

Castaño recuerda que un amigo una vez le dijo “¿Te imaginas que ahora nuestros hijos pudieran ver en YouTube lo que hacíamos nosotros cuando teníamos 15 años?”, y que ese comentario lo hizo reflexionar sobre este asunto.

“Comprender no equivale a permitir, lo cual decidiremos en cada caso, porque ahora tenemos el rol de padres”, señala. “Si comprendemos a nuestros hijos, no nos enfadaremos tanto y asumiremos mejor las cosas que van a hacer. Si vemos las cosas desde su perspectiva vamos a entender por qué las hacen”, añade.

APEGO Y APOYO.

“Los niños necesitan el apego y el apoyo de un adulto para poder desarrollarse”, según Castaño. “Para educar se necesita firmeza, pero también cariño. Un niño necesita que su padres le marquen límites, que le digan hasta dónde puede llegar, que es lo que puede hacer, que es lo que no puede hacer. Todo esto siempre con mucho cariño”, recalca.

“Nuestros hijos necesitan que les transmitamos cariño, y también que valoremos aquello que hacen bien”, explica. “Necesitan que les demos abrazos, besos. Hay niños más y menos cariñosos, pero todos necesitan que les mostremos cariño, independientemente de que alguna vez se equivoquen y sus padres le hagan comprender que esa equivocación tiene consecuencias”, según apunta.

Dos niñas sonrientes juegan en un columpio en el parque. Foto: Open Comunicación.

Dos niñas sonrientes juegan en un columpio en el parque. Foto: Open Comunicación.EFE

El apoyo cariñoso y apego positivo de los padres es fundamental para los hijos, según Castaño, advirtiendo que “es muy perjudicial que un niño crea que sus padres no lo quieren, cuando hace algo mal o se equivoca en algo, y ellos se enfadan”.

PACIENCIA

“En materia de educación las cosas llevan tiempo y la paciencia es un gran aliado educativo”, destaca Castaño. “Si le dices a tu hijo que tiene que dejar la ropa en un cesto, no adquirirá ese hábito en un solo día. Tardará un tiempo en aprender a hacerlo. En lugar de enfadarte, debes tener paciencia hasta que adquiera esa costumbre. Y lo mismo sucede con todas las cosas que quieras enseñarle”, explica.

RECONOCIMIENTO

“La mejor recompensa ante una acción bien hecha es el reconocimiento por parte de los padres”, de acuerdo a Castaño. “Lo más importante en educación es el refuerzo positivo, y una de las maneras de reforzar a un niño consiste en valorar lo que ha hecho bien y decírselo abiertamente”, señala.

“Si, por ejemplo, nuestro hijo ha puesto bien la mesa, no nos costará nada decirle que valoramos positivamente lo que ha hecho, en lugar de pensar `es su obligación, es su responsabilidad´”, explica. “Nuestros hijos necesitan ese refuerzo. A todos nos gusta recibir una palmadita en la espalda, y a ellos también”, apunta.

ATENCIÓN

“Escuchar a los hijos es fundamental para conocerlos mejor” asegura este experto en educación. “Normalmente, los padres interrogan a sus hijos: “¿qué has hecho?, ¿dónde has estado y con quién? ¿Qué tal te ha ido en el examen? ” Así lo único que consiguen es que su hijo no les quiera hablar o les responda con vaguedades o evasivas”, puntualiza.

Señala que a uno de sus hijos, le gustan el Pressing Catch, el fútbol, la Fórmula 1. “Aunque “a mí no me gusten mucho esos deportes, hablo con él sobre esos temas y, si hay algo que no entiendo, se lo pregunto”, indica.

A su otro hijo le gustan el ciclismo y el fútbol, a veces le cuenta cosas de la carrera que está estudiando, o algo sobre sus aficiones, y “también lo escucho”

“Los hijos necesitan sentirse escuchados, y que sus padres valoren lo que para ellos es importante, ya sea un examen de matemáticas o un video de TikTok. Para poder tener una buena relación con ellos, hace falta escucharlos”