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Sector Costa Azul ruega intervención de autoridades para frenar alta ola de delincuencia
Sus habitantes afirman que los robos y atracos se producen a cualquier hora del día o la noche.
El sector Costa Azul, en Santo Domingo Oeste, ha sido azotado por la alta incidencia de la delincuencia con robos y atracos reincidentes que toman lugar debido a la supuesta falta de atención por parte de las autoridades policiales y municipales de la zona.
De acuerdo con el reclamo que realizó ayer jueves la junta de vecinos que agrupa los apartados residenciales, ni el ayuntamiento ni la Policía Nacional les ha prestado el debido caso en torno a las propuestas que han presentado con intención de frenar los ataques de los antisociales.
“Eso es de día y de noche que atraca aquí. No tienen horas. En el día se aprovechan de que estas calles están completamente solas, y como no hay ningún cuidado de la Policía ni vigilancia… Es tan tal, que aquí ha habido gente que las han mudado de sus apartamentos, que han venido con camiones, le abren la casa y se lo han llevado todo”, contó Diógenes Reina, vicepresidente del conglomerado.
Acceso y vigilancia
dicho por las autoridades, se dificultan los regímenes de seguridad y les convierten en una carnada accesible para los delincuentes.
Eso sin contar con que, debido a su ubicación privilegiada, a los frentes del mar, a la vera de lo que conocen como el “Maleconcito”, diariamente reciben visitas indeseables de personas que aprovechan la soledad del espacio para corromper la vía, realizando fiestas clandestinas e incluso teniendo relaciones sexuales en sus vehículos; además de representar un foco de peligro para ellos al desconocer los buenos o malos intereses con los que recurren.
“Ahí encuentras un reguero de preservativos, basura de todo tipo, escombros, botellas y el ayuntamiento no pasa por aquí”, aseguró Reina, quien tomó la vocería de las más de quince personas presentes a la hora de hacer su protesta pública.
A propósito de esto, el comunitario manifestó que presentaron la propuesta a todos los incumbentes, en primera instancia a la Sala Capitular, de un acceso controlado en ambas bocas del área residencial, la cual fue aceptada por los regidores del bloque; sin embargo, José Andújar, el alcalde, fue quien se negó e impidió que se llevará a cabo el cometido.
“Nosotros lo que estamos pidiendo es una solución. Que se coloque un acceso, no para que la gente deje de venir, no vamos a prohibirle la entrada a nadie porque a fin de cuentas esto es un espacio público, lo que sí queremos es que se tenga un control de quien entra y sale de aquí porque esto es un sector pequeño, pero de verdad no damos abasto con la delincuencia”, destacó Reina.
Aún así, rescataron que hace aproximadamente un mes desde que recibieron la comunicación de una persona, supuestamente cercana al síndico, que también vive en el complejo y trabaja en su gabinete, que aseguró que el funcionario había cambiado de parecer.
No obstante, solicitaron que se haga oficial ante ellos, considerando que todavía no han tenido contacto directo con Andújar para que el mismo se niegue o apoye su petición, y en la primera ocasión en la que no concedió su permiso con la premisa de que es la vía pública, fue a través del secretario general de la Alcaldía de Santo Domingo Oeste.
Rodeados de basura
Además de tener el océano detrás, las 495 casas de Costa Azul supuestamente poseen incesantes bloques de basura producto del descuido de las propias personas desconocidas que visitan el Maleconcito con frecuencia y de la poca ansía de labor de las autoridades, que fueron recogidos ayer precisamente porque se sabía de la visita de la prensa en el área.
“De hecho, vino una brigada del ayuntamiento hoy (ayer) temprano porque sabían que teníamos esta rueda de prensa, como para hacernos quedar mal y decir que ellos sí vienen aquí y recogen la basura, eso es mentira, se les pasan días largos sin que entre un camión por estos lados”, afirmó un comunitario.
Asimismo, mencionaron que tras no encontrar zafacones, y que incluso habían comprado entre todos pero fueron robados, ni quien se las lleve, se ha improvisado un vertedero que les resulta sumamente incómodo debido a lo que significa para la contaminación ambiental.