Fundación lucha por un centro terapéutico para infantes con autismo

La Fundación Luz y Esperanza por el Autismo clama por ayuda para la construcción de un centro terapéutico para niñas y niños con autismo, para lo cual ya cuentan con un terreno.

Quiroz identificó aspectos cruciales que requieren atención para garantizar que la ley cumpla con su propósito de apoyar a las personas con autismo y sus familias

El autismo es una condición que afecta a una de cada 100 personas a nivel mundial, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Desde su creación en 2010, la Fundación Luz y Esperanza por el Autismo ha trabajado para mejorar la calidad de vida de niños y niñas diagnosticados con trastorno del espectro autista (TEA).

A pesar de sus esfuerzos, la organización enfrenta desafíos, especialmente en la construcción de su propio centro terapéutico, una necesidad imperante para la comunidad de personas con autismo de la región.

En 2014, la Fundación Quiéreme Como Soy donó un terreno a Luz y Esperanza por el Autismo, un recurso que, lamentablemente, no ha podido ser aprovechado debido a la falta de fondos para iniciar su construcción. “Hemos tocado muchas puertas, pero la falta de apoyo ha hecho que este difícil la construcción del centro terapéutico”, comenta Heymis Martínez, directora del centro.

Actualmente, las terapias se llevan a cabo en un local alquilado, cuyo costo se cubre gracias a un donante comprometido con la causa.

Esta situación, de acuerdo con la directora, no es sostenible a largo plazo. “El terreno está ahí, esperando, pero sin los recursos necesarios para construir, nos vemos obligados a continuar en un espacio que no es adecuado para las terapias y la cantidad de niños y niñas que acogemos, expone Martínez.

Realidad

El autismo es una condición que afecta a una de cada 100 personas a nivel mundial, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En República Dominicana, la situación no es menos preocupante. Según estimaciones de la Sociedad Dominicana de Pediatría, el 1% de la población infantil podría estar dentro del espectro autista.

La falta de centros especializados y la carencia de recursos dificultan el diagnóstico y el tratamiento adecuado.