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Enfoque

La amnesia de Leonel en sus ilusiones por el triunfo

El expresidente Leonel Fernández dedicó la reciente publicación de su Observatorio Global al tema de la alianza opositora y la postura de reelección del presidente Luis Abinader en la que encubre, ingeniosamente, puntos borrosos y de enorme riesgo para su futuro político.

Empezó con el tema sensible del bolsillo, el costo de la vida y la economía, alegando que está paralizada y que existe un cierto malestar, aunque las grandes ciudades y pueblos de provincias siguen una dinámica normal en los mercados y centros comerciales, las operaciones financieras continúan su curso y no hay registro de protestas en estas jurisdicciones. Parece que el expresidente está desconectado de la realidad del país o simplemente la desconoce.

Más adelante, tomó literalmente de la mano el tema de la inflación para asegurar que se ha convertido en una de las principales fuentes de preocupación de la familia dominicana, echando primero a un lado que el mundo camina un sendero inflacionario por los efectos de la pandemia, los altos precios de los combustibles, las materias primas y la invasión rusa de Ucrania.

No habría que olvidar, en este sentido, que los gobiernos del exmandatario tienen un prontuario negativo en la gestión de las cuentas públicas. Los registros indican que cuando abandonó el poder en 2012 las finanzas del Estado arrastraban un déficit fiscal de RD$ 156,000 millones, una losa de difícil digestión para su sucesor, Danilo Medina.

En el mismo artículo, Leonel volvió a abordar la problemática de los apagones, el aumento de la tarifa a los consumidores y las pérdidas de las empresas distribuidoras de electricidad, el deterioro de los servicios públicos y una crisis en la educación y la salud, escasez de agua, violencia, caos en el transporte y viajes en yolas.

Nueva vez, Leonel Fernández saca a flote su creencia de que el pueblo carece de memoria; al criticar al Gobierno su gestión de los apagones olvida que hace trece años, cuando gobernaba, planteó la búsqueda de mayores recursos para “doblegarlos y dejarlos como una sombra del pasado”. Nada de eso sucedió y esos apagones continuaron hasta el final de sus mandatos.

En esta línea, Leonel se refiere al alto costo que pagan los usuarios por la energía, pero de nuevo queda preso de sus propias palabras cuando en 2010 informó al país que su Gobierno preparaba un programa de expansión de proyectos de generación “para cubrir un déficit y reducir el alto costo de la energía eléctrica”. 

El panorama descrito por el propio Fernández reflejaba la impotencia que existía entonces para solucionar estas situaciones, la misma que ahora enrostra a la gestión de Abinader.

La lista de puntos que Leonel enfoca en la más reciente entrega crítica de su Observatorio Global son los mimos casos y resultados de las medidas antipopulares que sus gobiernos aplicaron a los contribuyentes en asuntos de salud, educación, apagones, soluciones viales, viajes ilegales, etc..

La referencia que el expresidente hizo a la escasez de agua trae a la memoria los enormes problemas que esta situación provocó cuando era presidente. Este servicio tenía sin rumbo a su gobierno, hasta el punto de que el 15 de abril de 2011 las autoridades reprogramaron la racionalización del suministro en la capital. 

Ni hablar del resto del país, donde algunas provincias llegaron a topar un extremo caótico. El propio Fernández se vio en la necesidad de ordenar el desembolso de RD$ 103 millones para acondicionar pozos de emergencia y utilizarlos para alimentar las redes de distribución.

Con el fin de alertar al lector para ganar simpatías, el presidente de la Fuerza del Pueblo escogió los adjetivos “desconcertante y desolador” para presentar un cuadro apocalíptico ante la población para, de esta manera, motivarla a girar en la dirección de sus vientos, directa hacia las urnas en las elecciones de 2024. Con este panorama, Leonel deduce que la reelección del presidente Luis Abinader está en crisis. 

En esta cuestión, Leonel erró en el enfoque, porque mientras antes dedicaba buena parte de sus comentarios a censurar la ineficacia gubernamental para gestionar los problemas sociales del país, ahora da un giro contrario y afirma que “al igual que el resto de América Latina y el mundo, la República Dominicana se encuentra en medio de una crisis de múltiples dimensiones”. 

Con esta afirmación, Leonel corrobora y fortalece la versión del Gobierno de Abinader que ha apelado a la comprensión ciudadana sobre los efectos de un problema global que impacta irremediablemente sobre nuestro país.

En la parte final de su enfoque, Fernández da por hecho el triunfo de la alianza entre la Fuerza del Pueblo, PLD y el PRD. Lo que no se atrevió a tocar es el dolor de las heridas que aún se sienten entre más de 634,400 servidores públicos que quedaron sin trabajo después de haber hecho compromisos electorales con el PRM, todo para impedir el triunfo del PLD. En la base del partido morado hay una resistencia en silencio, y a veces a toda voz, a estos acuerdos con la Fuerza del Pueblo. Y en la cúpula por igual, conociéndose de serias discrepancias en encuentros donde se planteó la alianza con Fernández, porque un sector al que Leonel Fernández llama la OTAN peledeísta, se resiste y desconfía de ese pacto.

Con esto se desenreda la parte oscura que Leonel se esfuerza para que no brote de su último enfoque.