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Tomar distancia de un problema ayuda a resolverlo

Lo más importante que puede hacer un cambio de perspectiva física es inducir un cambio de perspectiva mental, afirma la psicóloga Marina Konnikova.

Es demostrable que la distancia crea una perspectiva distinta de las cosas observadas. No es lo mismo observar un objeto de lejos que de cerca; guardar distancia nos brinda una perspectiva más amplia, mientras que la cercanía nos sumerge en nuestro único punto referencial, convirtiéndonos en prisioneros de nuestra propia apreciación. Algo similar ocurre cuando tratamos de solucionar un problema a nivel mental. Si pensamos constantemente en encontrar la solución solo lograremos aumentar su dificultad, modificando el procesamiento de información en el nivel neuronal del cerebro (concretamente, tiende a activar la corteza prefrontal y el lóbulo temporal medial), lo que nos impide evaluar la situación y disminuye nuestra capacidad de solucionarla.

Se ha demostrado que las personas que se distancian de los problemas rinden mejor y encuentran mejores soluciones porque adoptan una visión distinta de los mismos; haciendo referencia a trascender mentalmente a la situación para que el cerebro pueda emerger con alternativas de solución. Es como permitirle al cerebro que pase el problema del consciente al inconsciente. El cerebro no toma receso del problema, simplemente cuando las redes atencionales se dedican a una actividad distinta, el cerebro se mantiene trabajando en el problema original.

Un ejemplo es cuando tratamos de recordar el nombre de una persona. Cuando dejamos de pensar en ello, lo recordamos. La información provino de nuestra mente inconsciente que cuando no encontró presión, pudo traer dicha información a la consciencia.

“Esto ocurre porque con la aparente desconexión el cerebro continúa buscando soluciones. La mente quiere saber qué sucede después. Quiere acabar. Quiere seguir trabajando en lo que no ha finalizado. Y al hacer otras tareas recordará inconscientemente las que no ha logrado finalizar y buscará resolver los asuntos pendientes.” nos afirma Konnikova, en su libro “Como pensar como Sherlock Holmes”. Hay muchas formas de crear el distanciamiento mental; hobbies, deportes, pasear, resolver juegos de palabras o escuchar música; lo que importa es dirigir la mente a otro lugar. Algo que no exija mucho esfuerzo pero que atrape la atención consciente, y así la mente estará tan ocupada que no nos exigirá pensar en el problema.

Cambiar de lugar o tomar vacaciones, también son idóneos para distanciarnos, pues ofrecen perspectivas distintas, lo que nos produce una sensación de bienestar que facilita la resolución de problemas e influye en el pensamiento creativo. Crear asociaciones nuevas nos induce a nuevas formas de pensar y nos aporta ideas que no hemos considerado.

Por último, no podemos dejar de mencionar el valor de la meditación y la visualización como otros recursos para tomar distancia. En la meditación podemos concentrarnos en la respiración o las sensaciones corporales, excluyendo todo lo demás. En la visualización, colocamos en la mente una imagen mental como si fuera real para crear un futuro posible de lo queremos lograr.

La autora es Entrenadora Internacional en PNL

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