La República

Pedro Brand por dentro es considerado un paraíso “ecoturístico”

Muchos visitantes eligen los afrodisíacos caminos naturales de este destino para montar a caballo, bicicleta o motocross.

Río Higuero en el municipio La Cuaba en Pedro BrandJorge Martínez

La naturaleza en su máxima expresión es lo que caracteriza a las comunidades del municipio de Pedro Brand, donde reina la paz y tranquilidad por el ambiente montañoso que predomina en todo sus alrededores y que sus pobladores no cambian por nada del mundo.

Geográficamente, este municipio pertenece a la provincia Santo Domingo, y aunque suene cercano a la ciudad, del caos del tránsito y el bullicio que prevalece en la zona urbana, basta con recorrer aproximadamente 30 minutos carretera en dirección oeste para llegar hasta esta demarcación.

Allí existen comunidades entre las montañas que son consideradas por sus habitantes, destinos “ecoturísticos”, por el valor que han conservado durante siglos, los ambientes naturales propios de la zona, además de las fuentes hidrográficas que tienen origen en las montañas cubiertas por enormes follajes de vegetación.

Todas estas particularidades han sido defendidas por los vecindarios que rechazaron la edificación de un relleno sanitario o vertedero que pretendían construir en Los Aguacates.

"La comunidad ha respirado porque teníamos esa tensión y nos despertábamos con la inquietud del vertedero"

Hilaria PerdomoPresidenta Junta de Vecino opina sobre el vertedero

Desde el 2021 todas las comunidades se opusieron a la propuesta y finalmente, la viceministra de Gestión Ambiental, Indhira de Jesús, informó que se desestimó el proyecto luego de realizar las evaluaciones aunque todavía no hay un documento oficial.

La hospitalidad y disposición de sus residentes, es otra de las particularidades que tienen la zona, lo cual promueve la buena convivencia entre los habitantes. Este distintivo se evidenció cuando un equipo de Listín Diario acudió al municipio para palpar las áreas naturales que favorecen a la preservación del medio ambiente y que son defendidas por sus pobladores.

Inmediatamente, llegamos a la denominada comunidad La Cuaba, ubicamos el paradero de la presidenta de la Junta de Vecino, Hilaria Perdomo, después de que un señor identificado como Faustino Martínez, nos guiara hasta el pequeño quiosco donde Hilario comercializa comida cruda para el sustento de su familia.

Recorrimos una cuadra hasta llegar donde Hilaria y era evidente el rechazo rotundo de la posible construcción de un relleno sanitario en Los Aguacates. Las casas tenían colocados en sus patios, puertas y ventanas, letreros que citaban “no vertedero, no basura”.

En todo el trayecto que conduce a la comunidad, también habían colgados en los postes de luz los mismos carteles que expresaban la oposición del plan, mientras otros ciudadanos escribieron de forma improvisada en pedazos de madera y cartones.

En la calle principal de La Cuaba hay decenas de letreros que muestran el rechazo a la instalación de un vertedero.Jorge Martínez

Le pedimos sugerencias a Hilaria de hacia dónde podríamos dirigirnos para ver los principales ríos que tiene la comunidad, debido al desconocimiento que teníamos del lugar, sin mediar palabras nos asignó al mismo señor que nos condujo hacia ella para que sirviera de guía y al rehusarnos para no cambiar la rutina de Martínez, nos respondió que “para la comunidad siempre hay tiempo”.

Al mostrar su disposición desinteresadamente, iniciamos un recorrido hacia la comunidad El Limón, un destino que simboliza la frescura de la naturaleza por sus caminos sin asfalto, la inmensa cantidad de arbustos de ambos lados y la corriente del río Higuero que atraviesa el bosque rodeando la comunidad.

Aunque sus aguas no se pudieron apreciar cristalinas por las lluvias ocurridas el día antes de la visita, la esencia del entorno se muestra intacta por la brisa fría, el sonido de los pajaritos y la carencia de conectividad.

En El Limón, la señal no es necesaria para subsistir, sus habitantes viven de “maravilla” en contacto permanente con la naturaleza.

Unos metros más adelante visitamos otro balneario llamado Chinchin. Su nombre se debe a un señor que tiene terrenos en sus alrededores y un cuidador que observa permanente el balneario donde asisten algunas personas con acceso restringido.

Este charco no es muy profundo pero es ideal para refrescarse en tiempos de calor con permiso previo del vigilante. Allí hay mesas de maderas improvisadas y fogones de piedras para comodidad de los visitantes. Lo principal que les exige a los bañistas, es no dejar basura en el lugar.

El agua serena solo produce sonido al desplazarse por las piedras, se complementa con el movimiento de los arboles producto del viento que se origina entre las montañas.

Otras fuentes de aguas dulces que se pueden encontrar en el trayecto son: La Malena, El Galán, La Cabuya, Matua, Arroyo Frío, entre otros que alimentan toda la zona.

Pasatiempos

Los ciclistas usan los caminos vecinales como rutas alternas para trasladarse de un lugar a otro y disfrutar de la naturaleza.

Los aficionados a las cabalgatas, montan caballos y recorren diferentes puntos del lugar.

Otros prefieren la adrenalina y acuden al lugar en motocicletas para experimentar a toda velocidad la esencia del campo.

Al continuar el recorrido, Faustino contó que toda la zona es muy tranquila debido a que todos se conocen por ser una comunidad unida. “A veces ocurren sus cositas (robos) pero se sabe quién es de una vez y le damos para fuera”, señaló.

Un comunitario identificado como Jhonny, dijo que la construcción del vertedero que pretendía abarcar 1,500 tareas de Los Aguacates no convenció a los pobladores ni después de ofrecerle unos 10 millones de dólares para que cedieran y cambiaran de opinión.

“Se ofrecía hasta 10 millones de dólares y la única preocupación de la comunidad fue la parte social, el pueblo protegió su tierra”, agregó.

Otros lugares

El lugar también es definido por sus residentes, como una “zona turística” por los diferentes estructuras recreativas de grandes dimensiones, donde las familias pueden acudir a compartir tranquilamente sin preocupaciones.

Pedro Brand considerado un paraíso “ecoturístico”


Vacacional Matua, es uno de los grandes proyectos que prevalece en el lugar y es popular por las ostentosas villas y casas de campos, que son construidas en sus diferentes etapas, que van desde tierras planas hasta las cimas de las montañas.

Este lugar ha sido escogido por personalidades importantes nacionales e internaciones del mundo artístico, deportivo y hasta ciudadanos asiáticos, que han decidido vivir en las lejanías de la ciudad.

La extensión del proyecto es tan grande que puede tardar una hora en recorrerlo completo. Desde las alturas de sus montañas se puede observar toda la ciudad de Santo Domingo. Este vacacional es privado y solo pueden acceder únicamente los propietarios de casas o de terrenos.

Además de este, existe el vacacional Santo Escondido, Arroyo Frío, Monte Verde, La Estancia, Villa Arcoíris y un reconocido campo de golf.