enfoque
¿Los animales son sujetos de derechos?
En cualquier escenario donde conviven personas, y donde se procure el derecho a la libertad, es importante generar ambientes donde prevalezca la igualdad, partiendo de la apremiante necesidad de velar por un mundo cada vez más humano, justo y equitativo.
En el interés de reconocer que los animales forman parte de una manera u otra de nuestra vida cotidiana, donde promover su protección, velar por su cuidado y evitar el abuso discriminatorio de su especie, requiere que el ser humano propicie una convivencia oportuna en sus espacios donde se anteponga la libertad por encima del encierro despiadado que reciben de quienes tienen la responsabilidad de cuidarlos.
Ante la necesidad de promover el derecho de los animales a crecer en espacios que garanticen su desarrollo integral, debe perseguirse en todo momento su libertad, evitando que los mismos sean discriminados e impedir de una manera justa y sensata que el maltrato se convierta en un arma que fomente la injusticia.
Para promover el sentido humano, a la defensa y protección de los animales, es importante que hagamos una reflexión con el controversial caso del “Oso Chucho”, que coloca de manifiesto en el contexto jurídico, y de otro lado, la defensa de un animal en peligro de extinción, privado de su libertad en un zoológico de la ciudad de Barranquilla, Colombia, que apertura el debate sobre los animales en cautiverios.
Este caso, ha sentado un precedente jurídico en ese país, y que hoy sigue siendo motivo de amplios debates, partió de la firme posición del conocimiento de un Habeas Corpus ante la Corte Constitucional de ese país, que dictaminara a favor del animal como sujeto de derecho.
La Declaración Universal de los Derechos de los Animales, fue proclamada el 15 de octubre de 1978, y que luego sucedió en la Organización de la Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), así como en la Organización de las Naciones Unidas (ONU). La declaración de los derechos universales de los animales, destaca que el hombre sigue desconociendo los mismos, cometiendo crímenes que transgreden lo que establece esa declaración.
La misma declaración de los derechos universales de los animales manifiesta que “Todo Animal perteneciente a una especie salvaje tiene derecho a vivir libre en su propio ambiente natural, terrestre, aéreo o acuático, y a reproducirse”, y que “Toda privación de libertad, incluso aquella que tenga fines educativos, es contraria a ese derecho”, lo que trae a preguntarse si en el caso Chucho, las instituciones colombianas cumplieron con estas prerrogativas.
Ese dilema, de procurar demostrar un derecho, que en la legislación colombiana no estaba consagrado, no fue un obstáculo para el defensor del Oso de anteojos. Sin embargo, no fue posible que la Corte Constitucional admitiera el recurso incoado donde se buscaba que se reconociera el derecho que tiene el animal, por ejemplo, a algo tan esencial como la alimentación.
Tras el arduo trabajo por la protección animal y su liberación de cautiverio, el alto tribunal determinó que los animales no son sujetos de derecho, sino objetos de protección constitucional, y que el mejor lugar para Chucho en sus condiciones, era el zoológico por el poco tiempo de vida que le esperaba. (Corte Constitucional de Colombia. Expediente T-6.480.577-Sentencia SU-016/20 (enero 23)
La decisión de revocar el Habeas Corpus, se basa en que este recurso es una acción para combatir detenciones ilegales e injustas de personas, no puede concederse a un animal. Porque la condición de la libertad no es predicable a quien no puede tener conciencia de lo que representa esa libertad.
Los animales siguen siendo concebidos como seres sintientes, poseedores de garantías y beneficios que también limitan la actuación del ser humano imponiéndoles deberes.
En nuestro país los animales son catalogados como ser vivo, criatura sensible e irracional, que tienen derecho a vivir en condiciones adecuadas, consagrada en la ley 248-12, sobre la protección animal y tenencia responsable. En la actualidad se ventila un proyecto de ley en las cámaras legislativas, que contemplaría sancionar penalmente por la crueldad y maltrato animal, cuando se demuestre ese ilícito penal. Debemos ser empáticos con proyectos como este, que solo buscan la protección de los animales.