“Que pague quien tenga que pagar”

Tenía solo 14 años y, de acuerdo a las autoridades, recibió dos impactos de bala en la cabeza que ocasionaron su muerte instantánea

Sandra Campusano, la madre de Carla Maribel, muestra su dolor en el velatorio de su hija, víctima de dos disparos. Jorge Martínez /LIstín Diario

Sandra Campusano, la madre de Carla Maribel, muestra su dolor en el velatorio de su hija, víctima de dos disparos. Jorge Martínez /LIstín Diario

El sector Los Guandules del Distrito Nacional se tiñó de dolor por el derrame de sangre inocente ocurrido durante la noche del sábado, cuando le fue arrancada la vida a Carla Maribel Concepción, justo al frente de su casa.

Tenía solo 14 años y, de acuerdo a las autoridades, recibió dos impactos de bala en la cabeza que ocasionaron su muerte instantánea y cambiaron para siempre el destino de su familia, que hoy solo tiene como consuelo el clamor de justicia.

“Justicia, yo solo pido justicia. Mi niña no merecía eso y esto no puede quedarse así, por favor, que pague quien tenga que pagar”, clamó entre grandes lloros, Sandra Campusano, la madre, rodeada de dolientes, poco antes de caer descompensada.

Familiares y amigos presentes ayer en el velatorio, recordaron a la menor, que era alumna del tercer grado en la Escuela Domingo Savio Fe y Alegría, como una excelente estudiante, dedicada y con millones de sueños; entre ellos ser doctora “para poder sacar a su familia del barrio”.

“Ella tenía muchos sueños que cumplir. Ella quería ser doctora para sacarnos a nosotros de aquí y ahora no va a poder porque nos la arrebataron y yo necesito justicia para mi hija”, expresó con un semblante de notable aflicción el padre de la adolescente, Carlos Manuel Concepción, quien afirmó que desde hace tiempo en su sector no hay las condiciones para salir a las calles en cualquier horario y sentirse seguros.

Según narró, el momento más tortuoso de su vida le tocó atravesarlo cuando alrededor de las 9:00 de la noche, a sabiendas de que Clara Maribel estaba jugando con amigos en la vereda de su hogar, él se encontraba más hacia abajo y escuchó varios disparos.

Echó a correr hacia su casa, pero su sorpresa y aflicción fueron instantáneas, cuando, al asomarse, lo único que vio fue el cuerpo inerte de su hija tirado en la acera.

“Mi niña no se merecía eso. Era una niña linda y me la arrebataron, me la destruyeron y me la asesinaron como si fuera la peor cosa del mundo y ella era un angelito… yo solo pido que se haga justicia”, continuaba diciendo en medio del relato de Carlos Manuel, la torturada madre.

Quién era

“Era una niña dedicada, muy estudiosa, decente, de su casa, muy inteligente. Mi niña era muy buena, ella era la profesora de los niños más pequeños en la escuela bíblica de la iglesia”, recordó su madre a Carla Maribel Concepción.

Además, la niña era jugadora de voleibol y en su pecho la señora portaba una medalla que había conseguido la niña tras ser galardonada como la jugadora más valiosa de la selección deportiva de su centro educativo.

En un video que circula a través de las redes sociales, es fácil distinguir como varios desaprensivos dispararon a quemarropa contra una persona solo identificada como Hugo, con evidentes intenciones de matarlo, y por lo menos dos de las balas desviaron su curso y fulminaron a Clara.

Antes de ayer, el presunto sospechoso de las autoridades se entregó ante los medios locales y afirmó ser inocente, sin embargo, la familia aún no tiene opinión al respecto y pide que se esclarezca el suceso.

En Los Guandules, los propios residentes aseguran que la labor policial es mínima y no se sienten seguros al salir de sus casas en ningún momento del día.

“Aquí la policía no pasa, no dan seguimiento. La gente sale a trabajar asustada no vaya a ser cosa que lo atraquen en la esquina”, sostuvo Francisca durante el velatorio, con frustración y enojo.