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Análisis

Calidad de vida, empleo y alza salarial

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Julián PadillaSanto Domingo, RD

Independientemente de los temas inflacionarios las empresas mas vanguardistas siempre buscan oportunidades de mejora en sus procesos, servicios, productos, posicionamiento estratégico de sus productos. Y evidentemente la ampliación de la oferta de bienes y servicios en los mercados, retan al empresario a poder mantener su posicionamiento o liderazgo relativo con algún producto o servicio o hacer cada vez mas rentable su portafolio de productos.

La idea de ser emprendedor o empresario, parece que no se tiene en cuenta cuando se hablan de incrementos salariales colectivos.

Evidentemente que cuando se dan estos tipos de ajustes, si se mantienen las demas variables fijas, se produce un nuevo dinamismo en la economía, pues se incrementan las posibilidades de consumo, de honrar deudas, de mas negocios personales en la banca, de mas prestamos, mas re financiamientos, y en teoría debería producirse una mejora en la calidad de vida.

Sin embargo, existen otros elementos que son considerados por una empresa de forma particular cuando decide realizar un incremento salarial en toda su plantilla.

Hay empresas que adoptan por política de negocios y por responsabilidad social y esto sin tener nada que ver con presiones del macro entorno, y entonces se disponen a realizar ajustes salariales utilizando el mecanismo de indexación por la inflación o utilizando el índice de precios al consumidor para ello.

Pero independientemente de la aplicación de esta política, se realizan cálculos y estimaciones previas de su situación mercadológica y financiera, pues de nada sirve la realización de un ajuste salarial, incrementado con esto los costos fijos, si luego se producen recortes de personal.

A veces se combinan proyectos de productividad, mejora de métodos, automatizaciones, simplificación de procesos, con estrategias del achatamiento de las organizaciones y conjuntamente con esto viene como aliciente la mejora salarial de los sobrevivientes del proceso.

Es evidente que la calidad de vida de todos los trabajadores del mundo se ha visto retada o mermada debido a la inflación y recesión que se han producido en las economías de países, regiones, continentes. La crisis sanitaria que aún persiste con algunas olas, la guerra de ucrania por el impacto de su producción agrícola. La inteligencia artificial y los hibridos que avanzan y que suman la robótica a procesos que sustituyen al hombre por maquinas (algo que no es nuevo), pero que merma la calidad de vida, los robots no van al supermercado.

Las mismas prácticas comerciales desleales que pueden darse entre oferentes aprovechando su poder de negociación para impactar los precios.

El relajo en la calidad del producto y la merma en el cumplimiento de garantías, como consecuencia del mismo deterioro comercial. El grado de endeudamiento de los países, regiones, y las propias empresas para poder operar y mantener un capital de trabajo realmente productivo.

Las cargas tributarias y las apetencias gubernamentales que casi siempre distan de la realidad empresarial y de la propia calidad de vida de la gente (voracidad fiscal).

Todas estas variables pesan e impactan de alguna manera al momento de decidir un incremento salarial de forma colectiva en una empresa particular.

El derecho sindical no se cuestiona, aunque se sabe que el grado de credibilidad y confianza de los sindicalistas se equipara a la misma confianza que le tiene el pueblo dominicano a los políticos.

Pero, las amenazas de paros no serán los elementos fundamentales para la toma de decisiones.

Es cierto, que un porcentaje importante de la criminalidad y delincuencia callejera que tenemos, viene como consecuencia de las oportunidades de trabajo de la gente. La oportunidad de poder producir algo y llevar la comida a la mesa y sobrevivir sin la necesidad de delinquir.

Pero por otro lado está el aliciente que un porcentaje de personas que deberían combatir el crimen también han estado activos en la participación de la comisión de este tipo de delitos y mas aun del crimen organizado. Esto evidentemente mina la credibilidad institucional y de su combate efectivo.

Presionar con la idea de una explosión social (que existe por muchas otras y poderosas razones), para que se produzca un incremento salarial general al nivel que se plantea, podrían sacar de juego algunos actores del mundo empresarial o sencillamente obligarles a reducir personal (buscando eficiencia), para mantener el control de sus costos, su rentabilidad y su posicionamiento en el mercado.

Se pueden dar casos de empresas que ya tienen tiempo con una política de eficiencia (y sería lo lógico), y entonces con la guerra de precios que casi siempre se ve en los mercados por la amplitud de la oferta, pueda salir más cara la medicina que la enfermedad.

Esta realidad es una de las razones por la que entrar en un proceso de Estanflación es tan peligroso.

Inflación por un lado y recesión por el otro. Y si a eso sumamos un endeudamiento progresivo para financiar parte de un crecimiento como venimos haciendo, entonces la presión social será amplificada y estaríamos echando mucho más leña al fuego por varios lados de la ecuación.

Como empresario y si nos acogemos a la libertad de empresas, no me parece apropiado obligar a todas las empresas a adoptar el mismo esquema de ajuste salarial. La rentabilidad, los costos y portafolio de productos son distintos, así como la suerte de la demanda de los mismos. No todas las empresas tienen un colchón para amortiguar estos temas y la mayoría de ellas cuando se les obliga a un ajuste salarial, reacciona junto al incremento una contención de los costos, que impacta el consumo, una reducción de personal que impacta el consumo, y al final, el efecto neto puede ser casi nulo.

Por esto es importante en la ecuación, incluir la presión tributaria, que si se redujera con menos impuestos, incluyendo la reducción de la tarifa eléctrica y los derivados de petróleo, se generaría de forma automática una mejora significativa en la calidad de vida de las familias y hasta en la sobrevivencia de muchas empresas que podrían estar en una situación desesperada.