Enfoque
Reelección del presidente Xi Jinping y el equilibrio geopolítico global
La reelección del presidente Xi Jinping de China, por un tercer periodo como Secretario General del Partido Comunista Chino (PCCh), y un nuevo mandato como presidente por 5 años, marca un hito histórico.
Analistas políticos y economistas estudiosos del comportamiento de los mercados financieros, están analizando este inédito acontecimiento, que rompe con la tradición de gobernar solo por dos periodos consecutivos, por lo que están atentos a las reacciones tanto dentro de la propia china, así como de la comunidad internacional.
El día 23 de octubre, en el marco del 20º Congreso del Partido Comunista Chino, fue reelecto como Secretario General por un tercer periodo, que le otorga igualmente un tercer periodo como presidente a Xi Jinping, a la vez que fueron aprobadas enmiendas constitucionales entre las que está la abolición del límite presidencial de dos mandatos, además de “Dos Establecimientos” y “Dos Salvaguardias”, que coloca a Xi Jinping como conductor y forjador de la nueva ideología del partido comunista.
Sus rivales internos fueron sustituidos, reestructurado el Comité Permanente del Politburó, que está formado por siete miembros, que son el propio presidente Xi Jinping, Zhao Leji y Wang Huning, que fueron reelectos, y los nuevos integrantes son Li Qiang, Cai Qi, Ding Xuexiang y Li XI. Los nuevos miembros de la cúpula son tecnócratas vinculados a la industria militar, lo que indica que China redoblará su seguridad y poderío militar en el resurgimiento de una nueva era armamentista. Otro dato sobresaliente de la formación del nuevo politburó es que por primera vez en los últimos 25 años no habrá mujeres.
En su mensaje, el presidente Xi Jinping, expresó: “China no puede desarrollarse sin el mundo y el mundo también necesita a China”. Lo que ha sido interpretado como un mensaje de la disposición del liderazgo chino de contribuir al equilibrio geopolítico. No obstante, a los pocos días los centros financieros mundiales, reaccionaron muy a pesar del discurso, el Yuan perdió un 15 % de su valor frente al dólar, su mayor caída desde el 2007 cuando cayó 7.3 %, esto es distinto a cuando China devaluó en un 33 % su moneda en el año 1994 como parte de las reformas del mercado.
El reelecto presidente de China habló ante la prensa donde expresó que liderará mayores esfuerzos para construir una nación socialista moderna, para avanzar hacia la meta del segundo centenario.
Hay quienes aseguran que la reafirmación del supremo líder chino, Xi Jinping, fue una sabia decisión del Partido Comunista Chino, por los acontecimientos globales actuales, y en el que China juega un papel fundamental como contra peso geopolítico, como por ejemplo en la Guerra de Ucrania, que se ha mantenido al margen y llamando a la paz, manteniendo sus relaciones diplomáticas y políticas con la Federación Rusa y muy particularmente con el presidente Putin.
En su discurso de apertura del 20º Congreso del PCCh, dejó establecido que China no participara en ningún tipo de expansionismo. Aunque advirtió que China no renuncia al uso de la fuerza en Taiwán
Las tensas relaciones con Estados Unidos de América por los reclamos que mantiene sobre Taiwán, que considera una provincia rebelde que pertenece a China, que se exacerbó con la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de EE. UU a Taiwán que provocó una reacción diplomática de China, que consideró la visita como una violación de su soberanía nacional, un desconocimiento de una sola china, principio este que el pueblo chino no negocia.
La reacción de Taiwán sobre la reelección del líder chino, fue expresada en el parlamento por Joseph Wu canciller de Relaciones Exteriores, quien manifestó que lo más probable será que China redoble sus esfuerzos por ganarse a los 14 países aliados que mantienen relaciones diplomáticas con Taiwán, prevé que la situación diplomática se agrave.
Debemos recordar que China realizó ejercicios militares en la periferia de archipiélago de Taiwán, a raíz de la visita de la Congresista Norteamérica Nancy Pelosi, las tensiones bilaterales aumentaron sin llegar a mayores consecuencias.
Manteniendo al presidente Xi Jinping, el Partido Comunista Chino, procura que China continúe ensanchando sus relaciones comerciales con el Sudeste Asiático, Eurasia, Irán, Cercano y Medio Oriente, África y América Latina, que en su ejercicio del poder desde el 2012 ha sido muy exitoso.
Hay quienes han señalado que la reelección del presidente de China aumenta la concentración de poder, y que se impone sobre su vasta población una línea inflexible y dura, esto puede ser verdad, y todo poder absoluto controlado por un solo hombre es la total negación de la democracia.
No obstante, por otro lado, hay quienes asumen que no era conveniente producir el relevo del líder Xi Jinping, por los conflictos mundiales, sobre todo la Guerra de Ucrania, hay quienes han expresado sus temores que desemboque en un conflicto nuclear y se convierta en una guerra de exterminio, por el aumento de las tensiones en el área de guerra, con la OTAN y Rusia han iniciado ejercicios militares.
En las actuales circunstancias que no se vislumbra una salida militar, ni diplomática a corto plazo de la Guerra de Ucrania, que enfrenta a Rusia con Occidente, China precisa de un líder fuerte, respetable, experimentado, que ponga en práctica una política exterior equilibrada, que genere confianza a los centros de financieros globales y empresariales, y evitar la fuga o retiro de grandes empresas que son la locomotora de la economía China, que parece desacerarse en los últimos años desde la pandemia hacia aquí, producto del sacrificio financiero de política cero covid.
En las actuales circunstancias, el Jefe Supremo de China, deberá reinventarse para que se produzca un “segundo milagro chino”, para esto tiene que auspiciar un equilibrio geoestratégico con la Unión Europea, que tiene necesidades perentorias producto de las improntas de la Guerra de Ucrania, extender sus manos a Alemania que es la locomotora económica de esa región, y con esa apertura logrará jugar un rol de primer orden diplomático y comercial, lo que le afianzará como un polo de poder y equilibrio geopolítico.