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La consulta del PLD dará el triunfo a Margarita

El triunfo de Margarita en la consulta de este domingo 16 ya es un hecho, pero tiene mucho mayor trascendencia para el país que la sola representación del PLD en la cita cívica

Felipe Ciprián.

Felipe Ciprián.

Al identificar a Margarita Cedeño como la aspirante más progresista, más cercana a la gente y con menor rechazo, la gran mayoría de los miembros y simpatizantes del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) le está dando un respaldo masivo para que sea su candidata presidencial para las elecciones de mayo de 2024.

El triunfo de Margarita en la consulta de este domingo 16 ya es un hecho, pero tiene mucho mayor trascendencia para el país que la sola representación del PLD en la cita cívica.

Cuando sea legalmente electa candidata presidencial del PLD, el próximo año, Margarita encarnará la opción más progresista y con capacidad de alianza programática con sectores sociales populares y partidos de izquierda, frente al arcoíris conservador que representarán los reeleccionistas Luis Abinader, del PRM, y Leonel Fernández, de la FP.

Aunque no tengo dudas de que Margarita triunfará con amplio margen frente a Abel Martínez, en los últimos días se observa un laborantismo muy alto de sectores políticos conservadores y muy cercanos e influyentes en la FP de Leonel y el presidente Abinader, que apuestan a un fiasco de la consulta peledeísta. El objetivo de este gruperpejo insignificante políticamente, pero molestoso y ruidoso en los medios de comunicación, es que Abel gane la consulta en el PLD y sea su candidato presidencial para ellos batir palmas porque en un escenario así, los sectores progresistas no tendrían opción: Votan por los conservadores o se quedan en sus casas. Abel tiene derecho a luchar por el triunfo en buena lid, pero sus posibilidades de vencer a Margarita son muy, pero muy, escasas.

Con tal de que Abel gane, esa gente facciosa que no son miembros del PLD, sino enemigos, está estimulando a sus allegados a que vayan a votar por el alcalde de Santiago.

Apoyo envenenado a Abel

Creo que a quien más le conviene que fuerzas conservadoras respalden públicamente a Abel es precisamente a Margarita, porque eso debe estimular a los más progresistas a acudir a votar para cerrarles el paso.

El respaldo a Abel de sectores conservadores externos al PLD, además de no poder variar la correlación de fuerzas y menos impedir el triunfo de Margarita, permitirá que el principal partido opositor se presente a la sociedad como una fuerza vigorosa, renovada y con gran ascendiente social.

Así que ya lo saben: Si los simpatizantes del PRM, la FP y las cotorritas logogríficas votan por Abel para que se imponga a la voluntad de las bases peledeístas, ayudarán a que el PLD resurja como un partido fuerte, sin que puedan impedir el triunfo de Margarita. ¡Voten honorables!

Que Abel lo piense bien

Abel no obtendrá el triunfo, pero quedará en un sólido segundo lugar posesionado para futuras aspiraciones, siempre que no cometa un suicidio político como el que le aconsejan ya los eternos fracasados que nunca han pasado de ser soplones aprovechados, sin brillo político y cero éxito electoral.

Esos torpes de la demagogia aconsejan a Abel que si su compañera Margarita lo supera en simpatías, debe alegar fraude, provocar un escándalo y salir para la falda de Leonel Fernández, donde tampoco sería candidato, ni segundo líder, sino, al máximo, tercerón.

Si Abel no gana y tampoco honra el compromiso de apoyar a Margarita y trabajar para su partido, que se despida porque ese paso lo perseguirá como un misil inteligente por el resto de su carrera política.

Un dirigente político que no sea leal a sus seguidores no merece la confianza de nadie y en eso el pueblo tiene una maestría.

Lo peor que puede sucederle a Abel no es que pierda la candidatura, sino que renuncie a los miles de simpatizantes que ha ganado en este proceso y que sería imposible llevarse a otro partido.

¿Qué sentido tiene que Abel, siendo el segundo dirigente con mayor aceptación en el PLD después de Margarita, deje a su partido en vibrante recomposición para sumarse a uno menor donde Leonel es “Ley, Batuta y Constitución”?

¿Qué esperanza tiene Abel en un partido donde Leonel es el eterno candidato presidencial y ya está posicionando a su hijo para que lo sustituya cuando en las urnas un nuevo revés le diga que está agotado políticamente, aunque su ego esté en ascenso?

¿Acaso Abel no sabe que Leonel no aceptó la propuesta de llevar a Margarita como candidata presidencial en 2020 para salvar la unidad del PLD y evitar el triunfo de Abinader-PRM porque entendía que a él correspondía ser presidente por cuarta vez para reelegirse por una quinta?

El riesgo es para Leonel

Aunque un mínimo de lógica indicaría que Abel aceptará que Margarita gana el domingo y que él se constituye en un pilar importante de su candidatura, no puede descartarse que cometa el error de salir del PLD y alojarse con Leonel.

Si eso hace, no solo Abel se marca para el resto de su vida, sino que Leonel también cometería un grave error político que mancharía el final de su carrera política y su figura rodaría por los sótanos.

Leonel no va a poder reconstruir su carrera, su partido y su eterna aspiración de regresar al poder, picando en la madera de otros partidos para sustraer dirigentes.

El oficio de pájaro carpintero que agrieta una palma real durante días de intenso picar para sacar a un gusano, es un mal negocio para un dirigente político, salvo que esté en la actividad política como otra forma de negocios.

El decoro de Peña Gómez

Grande fue José Francisco Peña Gómez cuando previo a las elecciones de 1994 se le presentó la oportunidad de oro: Fernando Álvarez Bogaert se separó de Joaquín Balaguer porque bloqueó sus aspiraciones presidenciales y se le impuso como candidato reformista a la reelección.

Álvarez Bogaert se acercó a su hermano Peña Gómez con la intención de dejar el reformismo e irse al Partido Revolucionario Dominicano (PRD), pero el líder perredeísta no aceptó dar un golpe bajo al presidente Balaguer y puso como condición que Fernando llegara a una alianza con él desde otro partido.

Así fue. Álvarez Bogaert (que ahí está lúcido) adquirió el partido Unidad Democrática (UD), pactó con Peña y fue su candidato vicepresidencial en el Acuerdo de Santo Domingo.

Ese paso de Álvarez provocó dos derrotas sucesivas y definitorias a Peña Gómez que le impidieron ser Presidente de la República Dominicana, a la que le dedicó una vida entera de lucha y férrea defensa.

Balaguer y ese mismo sector conservador que ahora corteja y azuza a Abel, le cerraron el paso a Peña con una campaña racista y anti-haitiana, impidiéndole el triunfo en mayo de 1994.

Peor aun, aunque Peña tenía fuerzas suficientes para provocar una crisis institucional, sus vínculos con sectores oligárquicos lo persuadieron a buscar una salida negociada que se concretó en el Pacto por la Democracia, una reforma constitucional y recorte del período de Balaguer a solo dos años, elecciones en 1996 con impedimento de la candidatura del caudillo reformista.

Aunque Balaguer quiso llegar a un acuerdo con Peña para aislar a Álvarez Bogaert, el líder perredeísta honró su compromiso con Fernando y lo mantuvo como compañero de boleta en 1996.

Si bien no apoyó al candidato presidencial reformista, Jacinto Peynado, Balaguer contribuyó a forzar una segunda vuelta y respaldó al PLD para hacer a Leonel presidente bajo el grito de “El camino malo está cerrado”.

Lo digo con la claridad con que vivo: Si Abel no gana la consulta de pasado mañana (muy diferente a perder), su futuro está en el PLD y al lado de Margarita.

Pero si Abel Martínez comete el error de no aceptar la victoria de Margarita Cedeño y meterse en la madriguera de Leonel, se estaría liquidando políticamente y de paso consagraría a la Fuerza del Pueblo como un “Partido de Tránsfugas” –con honrosas excepciones– que jamás llegaría al poder.

Abel Martínez y Margarita Cedeño.