La guerra de Ucrania y la hora de los hornos

El presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, el 30 de septiembre, exhortó a Ucrania a poner fin a la guerra y sentarse en la mesa de las negociaciones, haciendo la salvedad de que los territorios ucranianos, Repúblicas populares de Donetsk y Luhansk, así como las regiones de Zaporiyia y Jerson, que decidieron anexionarse a Rusia, son y serán definitivamente rusas.

Hizo un llamado al gobierno ucraniano para que respete la voluntad popular de las regiones que decidieron por referéndum de los territorios incorporarse a Rusia, lo que prometió defender con todos los medios disponibles.

El Consejo de Seguridad de la ONU se reunió para debatir, a la luz del derecho internacional, la maniobra geopolítica de Rusia, anexarse los territorios ucranianos, Estados Unidos y Albania, presentaron un proyecto de resolución, que condenaba la anexión anunciada por Moscú de las regiones ucranianas. Rusia vetó la resolución, en la que el Reino Unido y Noruega y otros ocho países votaron a favor, Brasil, Gabón, India y China se abstuvieron.

Ante el veto, el presidente de EE. UU, Joe Biden, expresó en Washington que “seguiremos proporcionando a Ucrania el equipamiento que necesita para defenderse”.

Es importante recordar, que previo de llamar al régimen de Kiev al cese del fuego, poner fin a todas las acciones militares y regresar a la mesa de negociaciones, Putin había hecho la advertencia de estar en disposición de atacar el territorio ucraniano con armas nucleares “tácticas”, las cuales son de poder destructivo más limitado, esas ojivas no exceden los (kilotones), son para atacar objetivos militares como aviones y carros de combates.

Las diferencias con las armas nucleares estratégicas, estas tienen una potencia que va de los 100 kilotones a los megatones, y pueden arrasar con ciudades y millares de seres humanos, que sería una catástrofe de grandes dimensiones.

Los expertos en materia nuclear de la OTAN y el propio presidente de Estados Unidos, Joe Biden, descartaron el uso de armas nucleares tácticas y mucho menos estratégicas, el mundo occidental asumió el anuncio como un recurso de disuasión del presidente ruso días antes del referéndum. No obstante, el gobierno de Washington hizo un llamado a los ciudadanos norteamericanos de abandonar el territorio de la Federación Rusa.

¿Cuál es la situación de la guerra ruso ucraniana?

El subsecretario de Defensa para políticas del Pentágono, Colin Kahl, las bajas en el conflicto iniciado el 24 de febrero del presente año, según las Naciones Unidas, el balance de fallecidos verificados es de 5,916 civiles y 8,616 personas heridas, entre las que hay 379 niños fallecidos.

En el balance de fallecidos hay informaciones muy disímiles, el gobierno de Kiev asegura que 10,000 soldados ucranianos han muerto en combates y estable en más de 32,000 militares rusos muertos en la guerra.

Mientras que el Pentágono estableció el número de bajas entre 70,000 y 80,000 militares rusos fallecidos, desde que se inició la invasión de Rusia a Ucrania, hasta el 24 de junio próximo pasado.

En cuanto a la perdida de vehículos blindados rusos, se calculan alrededor de 4,000 y un agotamiento de los misiles guiados, por la disminución de los ataques con misiles en la última etapa de la guerra.

Se considera que después de la Segunda Guerra Mundial, es la guerra convencional más intensa en Europa, a criterio de Colin Kahl.

Es importante señalar que el ministro de Defensa Ruso, Serguéi Shoigúe, según información divulgada por el portal RT, Ucrania ha perdido 61,207 efectivos y tiene 49,368 heridos, y estableció en 5,937 soldados rusos fallecidos. Por lo que resulta imposible establecer la realidad de las pérdidas de vida en la guerra ruso-ucraniana, pero si podemos asegurar que los daños a infraestructuras públicas, privadas y militares han sido incalculables.

No podemos segregar los daños a la economía rusa y ucraniana, así como su repercusión en toda la Unión Europea, creando inseguridad alimentaria, inflación, crisis energética, aumento de los comodities y desbalance de la economía global, devaluándose monedas duras como el euro y la libra esterlina.

En el Consejo de Seguridad de la ONU, inmediatamente, Estados Unidos y Albania, presentaron un proyecto de resolución, que condenaba la anexión anunciada por Moscú de las regiones ucranianas. Rusia vetó la resolución, en la que el Reino Unido y Noruega y otros ocho países votaron a favor, Brasil, Gabón, India y China se abstuvieron.

Mientras tanto, el presidente, Vladimir Putin, festejó en la Plaza Roja de Moscú la anexión de los territorios ucranianos y prometió visiblemente eufórico a la multitud reunida que la victoria en la guerra será para Rusia. Afirmó que era un día histórico, cuando los soldados rusos defienden de manera heroicamente la decisión de la gente en Ucrania,

El presidente Volodimir Zelenski, en video difundido, ha prometido liberar el territorio anexado por el enemigo de Ucrania, de la vida, la humanidad, la ley y la verdad. A la vez que calificó el referéndum como una farsa, queriendo reescribir la historia y redibujar las fronteras con asesinatos, torturas, chantajes y mentiras.

El presidente ucraniano anunció inmediatamente que su país solicitará una “adhesión por la vía rápida a la OTAN”, por lo que se puede asegurar que el conflicto entra en una nueva etapa, se profundizará y la guerra será más cruenta.

François Guizot, expresó: “Ya sea que uno afirme primero la infalibilidad y luego deduzca de ella la soberanía, ya sé que proponga en primer lugar la soberanía y haga derivar de ella la infalibilidad, uno está siempre obligado a reconocer y sancionar un poder absoluto…”

Para el pueblo ucraniano este momento es como afirmó José Martí: “Ahora es la hora de los hornos, sólo debería verse la luz”.