Balaguer se resistió a escribir “sus memorias”
El autor relata su encuentro con el expresidente Joaquín Balaguer sobre la no escritura de sus memorias, así como sobre el contenido de un libro suyo muy anecdótico: “Memorias de un cortesano en la Era de Trujillo”.
En una de mis acostumbradas visitas al poeta, como le llamaba con frecuencia al presidente Balaguer, le sugerí escribir sus memorias y él me respondió de esta manera:
“A menudo, los presidentes y los líderes políticos al escribir sus memorias no cuentan toda la verdad. Sin embargo, debo reconocer que entre muchas de las que he leído recientemente, me complació bastante, la del expresidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan, titulada «Una vida americana».
Empero, en «Memorias de un Cortesano de la Era de Trujillo», Balaguer expresa lo bueno y lo malo que padeció durante esa época y sobre ella -me contó- lo siguiente: «hago ciertos perfiles de las personas que me hicieron daño, al extremo de indisponerme con el propio Jefe».
Me comentó que decidió escribir «Memorias de un cortesano de la Era de Trujillo», «con el único propósito de poner al conocimiento mi paso por el régimen trujillista, del cual no me arrepiento y tampoco guardo rencores por las calumniadas de que fui víctima por algunos ciegos admiradores de Trujillo”.
Era un libro escrito con la mirada fija en su accionar ciudadano. Un testimonio personal, muy suyo, un libro donde quedarían plasmadas sus acciones como funcionario publico que nunca uso los recursos del Estado en su propio beneficio
“No las escribí por resentimientos”, repitió. Y agregó: “El emperador Claudio Nerón Tiberio, pudo ser un excelente emperador, pero su resentimiento fue más lejos que la prudencia y por esa razón el pueblo romano no le reconoció su gran talento político y sus estrategias de guerra.
«El odio y el resentimiento enceguecen a los seres humanos y en mi caso particular, no tengo enemigos sino adversarios. Me considero un gobernante con cierto tino y, en ese caso, es posible que sepa escoger a mis adversarios; sucede, en cambio, que los principales líderes del país Juan Bosch y Francisco Peña Gómez, me escogieron como sus adversarios y me hicieron un alto honor por tratarse de dos figuras cimeras de la política dominicana que piensan primero en el país y no en el interés personal», me subrayó el «líder de la revolución sin sangre», como lo apostillaban políticamente sus seguidores”.
En ese orden, el presidente Balaguer siempre se refirió al profesor Juan Bosch y a José Francisco Peña Gómez, con respeto y deferencia, al señalar: ¨Bosch, es un referente moral y escritor de gran valía. En cambio, Peña Gómez, fue un líder político de multitudes, honesto, inteligente, orador de la escuela de Dalton y el líder más reconocido internacionalmente. Una figura de gran calibre en el contexto de si tiempo”.