Historia
Balaguer e Hipólito Mejía
En el mes de diciembre del año 1999 fui a llevarle a Joaquín Balaguer la biografía de Adolfo Hitler, «Mi lucha», ocasión que aprovechamos para comentar la naturaleza psicológica y militar de ese discutido personaje de la historia alemana.
El diálogo fue interesante, pues, conversar con Balaguer sobre temas universales, para mí era cautivante y, aun más, cuando se trataba de una autobiografía de Hitler, un sujeto que, ciertamente, sacudió la historia política de la humanidad al provocar una guerra moderna.
En esa ocasión, hablamos, de los campos de concentración y del inhumano padecimiento de millones de judíos inocentes y recuerdo que valoró la actuación de Hitler como propia de un gobernante desquiciado.
Incluso, llegó a manifestar que la historia había escupido su trayectoria política debido a sus actos de barbarie y el hecho de concebir la purificación de la raza humana. Esa actuación era para Balaguer una monstruosidad, más que absurda.
En razón de que Joaquín Balaguer era un consagrado estudioso de la historia universal, aprovechó la ocasión para expresarme ese día, 21 de diciembre, que el motivo por el cual me había solicitado el libro «Mi lucha», tenía por finalidad hacer un símil entre Hitler y Stalin, a los fines de establecer, cuál de los dos había sido más estratega y criminal.
Contrariamente, Joaquín Balaguer, nombró en nuestra conversación a presidentes dominicanos que, según la historia, se clasificaban entre malos y buenos; entre los primeros, citó a Santana, Báez, Heureaux y Trujillo; entre los segundos, colocó a Espaillat, Billini, Meriño, Guzmán y Bosch.
Tras reflexionar sobre los presidentes malos y buenos de la historia dominicana, explicó que «el candidato presidencial Hipólito Mejía, posiblemente, ganará los comicios del año 2000 y de lograrlo, se convertirá en un presidente bueno, no obstante ser muy campechano».
Posteriormente, conversé con el candidato Mejía, en el fragor de la campaña, en mi condición de asesor junto al periodista Luis Encarnación Pimentel, y le expliqué la ponderación que había hecho de su nombre el expresidente Balaguer, momento igualmente que aproveché para sugerirle al entonces candidato del Partido Revolucionario Dominicano que fuera a visitarle sin compañía política, y que siempre le llevara libros novedosos como obsequio; y que sus frecuentes visitas a su domicilio de la avenida Máximo Gómez, las hiciera por la parte detrás de la residencia del líder reformista.
El expresidente Hipólito Mejía, escuchó mis sugerencias y en el año 2019 me regaló la satisfacción de explicarme, en el marco de una cena junto a su esposa doña Rosa, que Balaguer le había manifestado que podía visitar su residencia siempre y cuando lo quisiera, sin anunciarse y sin acompañantes.
Esto explica, la razón por la cual Joaquín Balaguer apoyó a Hipólito Mejía cuando en la primera vuelta del certamen del año 2000. Y cuando apenas le faltaba medio punto para ganar la presidencia de la República, el determinante líder político, simplemente, expresó: ¡Ganó!