La angustia de no saber cómo sigue su padre interno en mal estado
El virus del Covid-19 causa estragos innegables en el organismo de sus portadores, pero también es un flagelo para el alma de los pacientes y de sus familiares.
En la mañana del pasado sábado, el área frontal del Hospital Francisco Moscoso Puello, fue escenario de dolor, incertidumbre y plegarias susurradas de parte de aquellos, que entre las angustias, esperaban por noticias “alentadoras”.
En el grupo de personas, que aguardaba para recibir información del estado de salud de sus familiares ingresados por coronavirus, se distinguió el rostro de preocupación de Edily Almonte. La joven de 27 años acababa de llevar de emergencia a su madre al centro de salud luego de haberse contagiado del virus.
“Esta madrugada me dijo que se estaba muriendo”, comentó la mujer oriunda de Sabana Perdida. Su desesperanza aumenta minuto a minuto ya que Edita Almonte, su progenitora, padece de cáncer de mama desde el año 2011 y la agresiva enfermedad le hizo metástasis en los huesos y en los ganglios linfáticos.
Según relató Edily, su familia ha extremado cuidados desde inicios de pandemia por los factores de riesgo que tiene su madre. Sin embargo, su “pesadilla más grande” se hizo realidad al enterarse de que, pese a sus esfuerzos y protección, la señora de 57 años se contagió.
Desde inicios de pandemia y debido a la alta ocupación hospitalaria, el área de Covid del Hospital Moscoso Puello ha optado por restringir las visitas para los internos. Asimismo, ha tenido que establecer horarios para rendir informes a los parientes sobre la gravedad o mejoría de cada ingresado.
Si bien este sistema se asumió debido al arduo trabajo que realizan los médicos de la unidad, la realidad es que muchas personas tienen que pasar hasta ocho horas sin noticias de sus seres queridos.
Un ejemplo de esta situación es Gloria Isabel Colón. Su padre sufrió un accidente cardiovascular luego de dar positivo al virus y fue ingresado en el centro de salud.
Reviviendo su drama, con la voz entrecortada y el rostro lleno de lágrimas, Gloria relató que en el momento en que su padre, José Colón, de 73 años, presentó esta complicación de salud, fue llevado con urgencia hasta la Clínica San Martín de Especialidades. “Ni siquiera me dejaron bajarlo del carro”, sostuvo la mujer, al tiempo que contó como recorrió varias clínicas sin éxito, “porque todas estaban llenas”.
Finalmente pudo ingresarlo en el Moscoso Puello, sin embargo aseguró que continúa angustiada porque desde su internamiento, desconoce el estado de salud de su pariente. “Nos mantienen en vilo, en las condiciones que llegó no era para que tardaran 14 horas sin decir nada”, expresó con tono de desesperante.