Las vivencias de los parientes en los hospitales

Fotos por Adriano Rosario.

Fotos por Adriano Rosario.

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Lourdes AponteSanto Domingo, R.D.

En los diferentes centros sanitarios del Gran Santo Domingo exponen un ambiente tranquilo y de poca aglomeración afuera de las emergencias.

Los Hospitales Doctor Francisco Moscoso Puello, Luis Eduardo Aybar y Marcelino Vélez Santana, todos pertenecientes a la red hospitalaria que recibe pacientes infectados del virus del Covid-19, se puede observar un menor flujo de familiares a la espera de resultados.

La señora Marcia Montero, quien al momento estaba en el Hospital Doctor Marcelino Vélez Santana, contó a medios de la prensa como había batallado con su hija, la joven Paola Montero de 23 años de edad, la cual horas antes de realizarle su cesárea programada salió positiva al virus.

“Nosotros estamos aquí desde anoche, ya le hicieron su cesárea esta madrugada, la bebé nació bien, todo esto fue gracias a Dios y a los médicos de este hospital, yo creía que me iba a quedar sin hija y sin nieta”, declaró Marcia Montero.

Por otro lado en el Hospital Luis Eduardo Aybar, continúan las quejas de los consanguíneos de los pacientes internos en la institución por la hora de recibir y dar informaciones o actualizaciones sobre los pacientes.

En este mismo hospital, la presencia de una señora en edad anciana resaltaba dentro de los asientos de metal de centro sanitario, doña Aura Mercedes González, sentada esperando saber qué pasa con su hijo, su nombre es Alberto José Alcántara de 58 años de edad, este lleva 4 días ingresado en el centro sanitario.

Doña Aura reside en Bayaguana y estos días va y viene a la capital para poder saber en qué estado se encuentra su retoño.

“Él es diabético, tiene un marcapasos y sufre del hígado, yo solo le pido al señor que me lo proteja”, comentó Aura.

La llamada de la esperanza

A las afueras del Hospital Doctor Francisco Moscoso Puello se encontraban los familiares de Altagracia Pérez Heredia, una envejeciente que tiene una semana ingresada en el centro salud, hoy la vida le regala un año más de vida y sus descendientes desde horas muy tempranas de la mañana esperaban poder contactar con ella después de tantos días.

Uno de los miembros del personal sanitario vio los esfuerzos realizados por los parientes de la paciente y decidió hacerle el “milagro” de ver a su amada “Tata” como es llamada cariñosamente, por una video llamada por la plataforma de WhatsApp.

Cuando los Pérez escucharon y observaron después de tantos días a su progenitora las lágrimas no se hicieron esperar, una mezcla entre emoción y tristeza embargo el momento de todos los presentes en el lugar.

“Mamá pórtese bien, haga todo lo que los doctores le dicen, no se ponga de remolona”, le dijo su hija María Isabel Montero, quien lleva todo este letargo sobre su espalda, se transporta desde su sector para recibir noticias de madre a diario.

Luego le cantaron el cumpleaños feliz al unísono con voz algo quebrada por el llanto provocado, la señora preguntó por varios de sus familiares, pero la alegría se reflejó en sus ojos acuosos, preguntó por su hermano Juan, que no estaba presente por motivos de trabajo.

“Yo me voy a mejorar porque quiero salir de aquí y ustedes no saben cuidar las matas, seguro deben estar mareadas”, agregó Tata.

La matriarca le prometió a los presentes que iba a dar lo mejor de sí para poder salir del nosocomio con buena salud para reunirse de forma física con sus seres queridos.