Un plantel en deterioro
“Desde siempre” han tenido que lidiar con un “grave problema” de filtración, lo que ha imposibilitado mantener la edificación pintada, dijo el director de la escuela La Aurora en el sector Capotillo.
En el suelo han quedado los pedazos de lo que algún día le dio un color uniforme a la edificación de la escuela La Aurora, en el barrio Capotillo de la Capital, a solo dos semanas de iniciarse la docencia presencial en el país.
La pintura que se supone debería cubrir las paredes del plantel ha dejado al descubierto el color gris del encementado y, peor aún, las deficiencias de las autoridades del sector educativo para responder a las precariedades que afectan a los centros públicos a los que el próximo 20 de septiembre acudirán más de dos millones de estudiantes.
Desde lejos las instalaciones de La Aurora, que tiene cerca de cinco décadas en funcionamiento y casi 20 años desde su última gran intervención, generan rechazo entre los comunitarios de Capotillo, quienes aseguran tiene el mismo aspecto de abandono desde hace dos años.
“Pero eso se ve hasta cochino y desde que yo tengo uso de razón la veo así”, manifestó Ana Miguelina, quien reside próxima a la escuela y también recibió la formación académica inicial allí.
En tanto, Juan Carlos, otro lugareño, señaló que la falta de tratamiento es la razón por la que la estructura se vea descuidada.
Sin embargo, el director del centro de educación primaria, Juan Francisco Ureña, explicó que “desde siempre” han tenido que lidiar con un “grave problema” de filtración, lo que ha imposibilitado mantener la edificación pintada.
“Si tú pintas hoy, al mes esta igual. Primero hay que resolver el problema para no estar botando el dinero”, puntualizó el docente.
Asimismo, Ureña destacó que la escuela está en una lista de espera desde el pasado mes de abril para que las autoridades intervengan, pero aún no han recibido respuesta. “Lo único que necesitamos es que vengan y nos resuelvan eso, después nosotros mismos podemos encargarnos de todo lo demás”, agregó.
Realidad opuesta Y aunque la primera impresión que genera la planta física de la escuela La Aurora no despierta deseos de descubrir su interior, por dentro la realidad es completamente opuesta.
Mobiliario suficiente, área de distribución de merienda acondicionada y hasta acceso a internet, son algunas de las carencias que han quedado en el olvido y que ahora son de las principales fortalezas de la institución.
Ureña resaltó que tanto los maestros como estudiantes podrán hacer uso de una red wifi e incorporar la herramienta tecnológica al proceso de enseñanza- aprendizaje.
Sobrepoblación La Aurora, según su máximo representante, operará como muchas otras escuelas con una alta sobrepoblación de alumnos.
En su caso, tienen un total de 354 alumnos ya registrados y 126 en proceso de reinscripción para un total de 480 niños.
De acuerdo con Ureña, tendrán que distribuir a los pequeños en grupos de hasta 30 por cada aula. “Hay una situación difícil con el crecimiento de la población estudiantil y las escuelas no se multiplican. Con la sobrepoblación ha disminuido la calidad”, argumentó.
DOCENCIA Más alumnos. Juan Francisco Ureña expresó, además, que a pesar de la estrechez de los cursos y listados que sobrepasan la disponibilidad de cupos, han tenido que admitir nuevos estudiantes todos los días para que no se queden fuera.
Planteles. El ministro de Educación, Roberto Fulcar, afirmó el pasado 2 de septiembre que 3,500 planteles educativos han sido intervenidos por la institución e indicó que esa labor continúa.