Cinco del caso Coral pasan su primera noche en Najayo
Son cinco, dos oficiales de la rama militar y uno de la Policía, un cabo y su madre, pastora y asimilada de este cuerpo de orden público, que ya pasaron su primera noche y hoy entran al segundo día bajo prisión preventiva en la cárcel Najayo-Hombres y Mujeres, de San Cristóbal, tras ser imputados por el Ministerio Público de formar un entramado militar-religioso que estafó con más de 3 mil millones de pesos al Estado.
La figura de Adán El grupo llegó temprano en la mañana de ayer a ese recinto carcelario, siendo el caso más llamativo el del mayor general Adán Cáceres Silvestre, el jefe de escolta del expresidente Danilo Medina, seguido del teniente coronel de la Policía, Rafael Núñez de Aza, el cabo policial Tanner Antonio Flete Guzmán, el hijo de la pastora Rossy Guzmán Sánchez, y el sargento Alejandro José Montero Cruz.
Los cinco deberán cumplir 18 meses de prisión preventiva en el centro penitenciario, sujeto a que en el curso del proceso a alguno de estos le sea variada la medida de coerción que le impuso la jueza Kenya Romero.
La pastora Rossy Guzmán Sánchez está recluida en la prision Najayo-Mujeres por igual tiempo de 18 meses.
En el caso del mayor Raúl Girón Jiménez, su prisión domiciliaria ya la está cumpliendo en un lugar sólo conocido por el Ministerio Público y el tribunal, por cuestión de seguridad.
El grupo fue enviado a prisión tras la jueza Kenya Romero acoger una solicitud del Ministerio Público.
Un caso cimplejo Los fiscales habían pedido declarar complejo este caso y así fue acogido por el tribunal. Wilson Camacho, el director de la Procuraduría Especializada de Persecución de la Corrupción Administrativa (Pepca), dijo que el hecho de que un grupo haya tomado dinero público para su bolsillo es en un asunto grave. “Son cosas”, dijo Camacho, “que el Ministerio Público pretende que con el procesamiento que se está haciendo estos hechos de corrupción se corrijan en el futuro”.
LAS DELACIONES El hombre clave. El mayor Raúl Alejandro Girón Jiménez, testigo de la fiscalía, beneficiado con prisión domiciliaria por sus delaciones contra la presunta red de corrupción que dirigía el mayor general Adán Cáceres Silvestre, dijo que no queria seguir mintiendo y admitió su responsabilidad en el caso de corrupción