Congreso Fuerza del Pueblo
Ruta hacia la democracia
Los ciclos políticos, como todo en la vida, tienen su inicio, desarrollo y su final. En política, eso siempre se debe tener presente, pues aquellos líderes que se equivocan y no tienen pendientes esa realidad, suelen pagar como una de las consecuencias de su error, el ser recordados solo por sus últimos momentos de decadencia, y no por los aportes que hayan podido legar a la sociedad.
Las recientes elecciones marcan el principio del fin de un ciclo político, en el cual Danilo Medina llevó al Partido de la Liberación Dominicana, no sólo a una derrota, sino a una división irreparable. El trauma provocado por la imposición de un candidato presidencial seguido por las evidentes tramas para ejecutar un fraude electoral en las primarias de ese partido fue la gota que derramó la copa en la colectividad política que fundó el profesor Juan Bosch.
Ese líder fracasado no escuchó a las bases de su partido, ni tampoco la voz del soberano, que es el pueblo dominicano. Prefirió escuchar al grupo que hizo del Palacio Nacional su centro de operaciones comerciales. La sentencia la dictó el tribunal popular, mediante el decreto que la democracia valida con los votos: ¡SE VAN!
Pero ¿qué le depara el destino a los cientos de miles que se fueron del PLD decepcionados por lo que Danilo Medina convirtió ese partido? ¿Qué está buscando la sociedad dominicana en términos generales en el nuevo ciclo político que inicia el 16 de agosto?
Las respuestas a esas interrogantes son las que deben tener muy claras los dirigentes de la Fuerza del Pueblo y principalmente el Dr. Leonel Fernández.
La Fuerza del Pueblo cumplió su propósito inicial. Con su accidentando nacimiento, en sólo siete meses contribuyó en gran medida al cambio de gobierno que reclamaba la mayoría de la sociedad. Más allá de eso, ahora le corresponde al liderazgo de ese nuevo partido facilitar las condiciones para que la gente se identifique con la Fuerza del Pueblo, sobre todo, la nueva generación de jóvenes que han demostrado estar dispuestos a asumir la responsabilidad de construir una patria más justa, digna, progresista y democrática.
Para lograr ese objetivo no se pueden cometer los mismos errores que envenenaron al PLD convirtiéndolo en una corporación tóxica al servicio de unos pocos, en base al sacrificio de muchos.
Como ha sido la tendencia en la mayoría de Latinoamérica, en nuestro país se ha desarrollado un sentido de frustración y falta de confianza hacia los partidos políticos. El proceder de muchos dirigentes políticos y particularmente la experiencia con el PLD durante la pasada década ha provocado que cada día se cuestione más si el modelo de partidos tradicionales es la vía para motivar una amplia participación de la sociedad en la actividad política.
Ahora la Fuerza del Pueblo tiene una valiosa oportunidad para reorganizar y fortalecer el partido, para que esté en capacidad de responder al reclamo de la inmensa mayoría de la sociedad dominicana. Para lograr conectar con el sentir del pueblo, NO se puede crear una estructura partidaria que se parezca al PLD, ni en su forma, ni en su pensamiento. Para tener éxito la FP no puede nacer como un mellizo enfermo de un PLD herido, desacreditado y corrompido.
En ruta al recientemente convocado primer Congreso de la Fuerza del Pueblo, “Profesor Juan Bosch”, se debe tener presente cuáles deben ser los objetivos a lograr en esa reorganización partidaria. A nuestro juicio, debemos crear un instrumento político moderno, de amplia apertura a la participación popular, donde todos los cargos en su dirección central, política y ejecutiva, sean electos por votación entre los afiliados de la Fuerza del Pueblo.
El momento es propio para crear un partido disciplinado, que escuche y responda a los justos reclamos del pueblo, donde el clientelismo populista sea sustituido por ideas y propuestas serias producto del análisis y el estudio de los problemas del país.
La Fuerza del Pueblo debe ser un partido con estructuras administrativas ágiles, reduciendo la burocracia a la mínima expresión, donde su dirigencia esté accesible tanto al pueblo como a los medios de comunicación.
El éxito de esta nueva organización política radicará en que pueda armonizar en su dirigencia lo mejor de la experiencia existente, con rostros nuevos que representen el gran talento que existe en una nueva generación de jóvenes profesionales, dispuestos a asumir la responsabilidad de participar en la construcción de una sociedad más justa, democrática y participativa, en la cual todos los dominicanos se sientan representados, confiados y orgullosos ser coparticipes del rescate de los derechos y libertades, del respeto a la ley y al orden en nuestro país.
Un país donde una mejor calidad de vida se haga una realidad en todos los sectores, con servicios de educación y salud de calidad y donde el desarrollo económico se pueda sentir en toda la geografía nacional.
A eso aspiramos todos los buenos dominicanos, y ese el objetivo principal de este primer Congreso de la Fuerza del Pueblo, al que hemos sido convocados.
Por eso invito a todos lo que así piensen, particularmente los jóvenes y aquellos que nunca han logrado espacios en los partidos tradicionales, a unirse a esta patriótica gesta de construir un partido distinto, basado en los más puros principios democráticos, donde reine un espíritu de inclusión social, ideológicamente centrista, evitando los extremos políticos que sólo tienden a excluir y no a la unión de la mayoría de los dominicanos.
Lograr transformar la forma de estructurar una organización política implica que habrá resistencia, especialmente en aquellos que perciban que el cambio amenace sus posiciones o sacarlos de su refugio de confort. Para lograr darle forma a ese sentimiento entusiasta y hacerlo realidad, el liderazgo inteligente del Dr. Leonel Fernández será fundamental.
Será nuestro líder quien facilite las condiciones para que sea realidad lograr un partido diferente, capaz de ser una opción para gobernar en el 2024, un partido donde la voz y fuerza del pueblo sea la que guie el accionar de su liderazgo.
Por nuestra parte, daremos esa batalla a lo interno de la Fuerza del Pueblo. Es lo menos que podemos hacer, por nuestros hijos, por nuestros nietos y por nuestra patria.