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CORONAVIRUS

Las experiencias de querer comprar en Santo Domingo en medio de crisis por el coronavirus

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Tomás Aquino Méndez y Héctor J. CruzSanto Domingo

Las aglomeraciones aumentan en Santo Domingo. Cada día la circulación personas en las calles parece ser mayor en medio del estado de emergencia que se vive por el coronavirus en el país, que ya registra casi 10 mil infectados y cerca de 400 defunciones.

Durante este fin de semana entrar a un supermercado resultó una tarea casi imposible. Las filas en varios de estos locales eran tan largas, que despidieron en muchos el deseo de querer comprar artículos de primera necesidad.

Durante un recorrido, reporteros de Listín Diario notaron que en el caso de algunos supermercados se respetó el distanciamiento social y todos los consumidores tenían sus mascarillas.

Por lo que se pudo observar, los ciudadanos han asimilado el mandato del uso de las mascarillas, algunos usan lentes especiales y guantes, aunque las autoridades han dicho que esto último no es imprescindible.

De los compradores que sí hacían sus largas filas, una expresó que le faltaban cosas necesarias en la casa, y otros justificaron una salida en completa libertad por varias horas.

Sin embargo en tiendas por departamentos la situación era un poco diferente. El distanciamiento físico pareció ser algo utópico, cuando este es uno de los principales requisitos para evitar el contagio del coronavirus.

La distancia de 2 a 3 metros no era conocida por las personas que estaban en estos lugares.

Reporteros de Listín Diario pudieron observar esta situación entre viernes y sábado en grandes tiendas del Distrito Nacional y Santo Domingo Este.

Dirigentes de la Federación de Comerciantes se han quejado de que las autoridades han permitido a estas grandes tiendas vender de todo cuando están limitadas a su departamento de supermercados. Se nota que los clientes de estas tiendas compran ropa, zapatos, electrodomésticos y hasta muebles.

Dueños de este tipo negocios, cerrados por el estado de emergencia, han denunciado esto como una competencia desleal.

La versatilidad de productos origina que grandes públicos asistan a estas tiendas a cubrir necesidades que son consideradas no necesarias en la actual crisis sanitaria del Covid-19.