Enfoque

Control de pandemia impone yugular transmisión comunitaria

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REYNALDO PEGUEROSanto Domingo, RD

Si se analizan críticamente los detalles técnicos de los primeros 45 boletines que despliega el Ministerio de Salud cada día, se visuali­za una epidemiología que impone mayor efectividad. Hay importantes avances pero también no pocos de­safíos en el manejo de la pandemia Covid-19 en Re­pública Dominicana. Los reportes de la Dirección de Epidemiología aportan va­lores matemáticos que tra­zan una perspectiva de pru­dente optimismo.

Calculamos que desde el primer reporte registra­do el pasado 18 de marzo hasta el recién transcurri­do 2 de mayo, han pasado sietes semanas de 45 pu­blicaciones donde la tasa de ataque de esta Pande­mia en República Domini­cana ha descendido des­de 494% al principio hasta 26%. Tasa que se calcula en relación a la cantidad de casos promedio gene­rados en cada período pre­cedente de incidencia.

Sin embargo, en valores absolutos y en el promedio semanal de casos nuevos se observa un ascenso en las siete semanas. Se contabi­lizan desde 84 casos pro­medio a la semana en las primeras semanas de mar­zo, hasta 259 casos pro­medios semanales en los pasados siete (7) días que transcurrieron desde el 26 de abril hasta este sábado 2 de mayo. El análisis se ajus­ta cuando se valora que el promedio del total de casos semanales dura 4 semanas para duplicarse en todo el período.

Es decir, que para tener el doble de casos prome­dio de un período tienen que transcurrir casi 28 días. A nuestro criterio este indi­cador evidencia buen ma­nejo estratégico de la pan­demia Covid-19. Similares conclusiones se derivan del reporte del Banco Inte­ramericano de Desarrollo (BID) denominado “La po­lítica pública frente al Co­vid-19: Recomendaciones para América Latina y el Caribe”. La OPS ha declara­do que los países donde los casos se duplican en pocos días son Estados Unidos, Ca­nadá, Brasil, Ecuador, Chile y México.

En consecuencia, si la es­trategia ha sido exitosa, en­tonces con más confianza ejecutemos una poderosa táctica epidemiológica de control de casos, contac­tos y convivientes barria­les. Gestión que derribe la trasmisión comunitaria y aplane definitivamente la curva. Para que la curva de casos se aplaste en la na­ción, primero debe apla­narse en cada barrio donde acontecen los diversos bro­tes de Covid-19. Aplanar la curva en cada barrio de los cinco municipios críticos, es el secreto de reducir el promedio de casos nuevos semanales.

Destaca que sectores re­presentativos de Santiago, organizados en el Conse­jo para el Desarrollo Estra­tégico (CDES), avalan el buen desempeño de la na­ción en la gestión de la pan­demia Covid-19. El gobier­no nacional sumado en nuestro caso, a la gestión del Ayuntamiento de San­tiago, se coloca al centro de las intervenciones de con­tingencia recomendadas por la OMS. Estamos lejos de la inusual pesadez eje­cutiva evidenciada por la administración de Estados Unidos (EU) y distanciados de la impericia del gobier­no de México.

Mostramos cifras que nos colocan entre países con me­jor resultado. Se reconoce el trabajo exhaustivo que vie­ne desarrollando la Comi­sión de Alto Nivel para la Prevención y Ministerio de Salud. Destaca el respaldo que reciben las medidas de parte del liderazgo empresa­rial y social de Santiago y la Región del Cibao. Esto inclu­ye a los actores locales que ejecutan diversas iniciativas para combatir la pandemia, tanto en Santiago como en San Francisco de Macorís.

Los 45 reportes presen­tan 333 fallecidos de Co­vid-19 en siete semanas que llenan de luto a la fa­milia dominicana. Sin em­bargo son apenas el 10% de los más de 3,500 muer­tos por accidentes de trán­sito anuales, o los miles que perecen por enfermedades cardiovasculares. El pro­medio de la tasa de letali­dad en el período ronda al­rededor de 4%.

Ante los primeros logros, no es momento de rego­cijarse, si no de elevar las medidas preventivas, pre­parándonos para una reac­tivación económica gra­dual en zonas pilotos que vayan demostrando el con­trol estricto de esta pan­demia, como acontece en Santiago. Debemos persis­tir en el confinamiento so­cial, porque controlar la propagación del virus, le sigue dando tiempo a Re­pública Dominicana y San­tiago, para fortalecer los hospitales y clínicas que atienden los enfermos de Covid-19. Por otro, asegu­ra mayor capacidad para expandir la aplicación de pruebas masivas en áreas críticas. No es realizar 11 millones pruebas como propone el populismo polí­tico local, si no masificarlas donde hayan casos sospe­chosos en barrios y comu­nidades de municipios. La evidencia para América La­tina muestra que el cumpli­miento del aislamiento so­cial estricto está muy lejos de ser universal. Se rompe cuando la población vulne­rable recurre a centros co­merciales, bancos o entida­des del Estado a comprar productos, gestar una ope­ración financiera y recoger la asistencia de solidaridad.

A más de siete sema­nas de estar enfrentando la pandemia Covid-19, San­tiago impulsa la operación de un programa piloto de reactivación económica de impacto rápido. Abordaje que asegura su operación con el apoyo del empresa­riado y la asistencia espe­cial del Estado vía los diver­sos mecanismos tales como el programa de Fomento a las MIPYMES, Instituto de Prevención y Protección de Riesgos Laborables y otros auspicios de los organis­mos de cooperación.

La próxima reactivación económica de Santiago y República Dominicana, se fundamenta en todas las fortalezas que hemos pues­to en operación con una epi­demiología efectiva que per­mitirá en barrios y empresas asegurar el control de la tasa de ataque y reducir de for­ma sostenible el promedio de casos nuevos semanales. Es momento de persistir en la separación interpersonal, confinamiento social, aseo focalizado de espacios co­merciales y máxima higiene personal.

El autor es director del Plan Estratégico Santiago 2030

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