LUCTUOSA
Álvaro Arvelo: "la enciclopedia humana" cierra el capítulo de su vida
Aunque Álvaro Arvelo se formó en el periodismo, la radio le dio un sello particular que cambió la forma de hacer opinión en ese medio
Álvaro Arvelo dejó una historia irrepetible en la comunicación en República Dominicana, tanto por ser uno de los periodistas de mayor conocimiento cultural de todos los tiempos, en todas las áreas, como por su peculiar manera de exponer, sobre todo en la radio.
De sus 80 años de vida, que terminó el jueves con su muerte, en este 2023 cumplía 66 años de ejercicio periodístico.
Una biografía publicada en la cuenta de Instagram de su hijo Mario Arvelo destaca sus logros y su trayectoria, tanto como erudito y autodidacta.
En la radio, cuando entra a formar parte de “El Gobierno de la Mañana”, a través de la emisora radial Z-101 FM, su participación impuso un sello muy particular.
Primero, porque pudo exhibir un colosal conocimiento en todas las áreas del saber (deportes, literatura, filosofía, política, música, religión, historia y otras).
Segundo, porque fue imponiendo un estilo en comunicar con desenfado y desenfreno, al usar expresiones impublicables, para referirse a sus adversarios, oyentes o compañeros del espacio, comportamiento que provocó a que al menos dos veces fuera suspendido o inhabilitado de la radio.
CONFLICTOS
Sus inusitados comentarios provocaron que fuera demandado en varias oportunidades por alegada difamación.
Su primera suspensión fue durante el gobierno de Hipólito Mejía (2000-2004), cuando el periodista Napoleón Beras era presidente de la Comisión Nacional de Espectáculos Públicos y Radiofonía (CNEPR).
El presidente de la entidad gubernamental terminó solicitando su suspensión, por violentar el Reglamento 824, disposición que fue dejada, inmediatamente, sin efecto por el entonces ministro de cultura Tony Raful.
En 2017 fue inhabilitado por la Comisión, por un período de 20 días, en sus presentaciones en radio y televisión, luego de que éste irrespetara la figura del Padre de la Patria, Juan Pablo Duarte en el programa “El Gobierno de la Mañana”.
Por este caso el Instituto Duartiano consideró “bochornoso” dichas opiniones.
Sus inusitados comentarios provocaron que fuera demandado en varias oportunidades por alegada difamación. Una de ellas fue a principio, en 2019.
La jueza de la Octava Sala Penal del Distrito Nacional condenó a Arvelo al pago de 1.5 millones de pesos a favor del maestro Rafael Solano por difamación e injuria.
Sin embargo, en 2022 el tribunal de la Cuarta Sala Penal del Distrito Nacional rindió una sentencia absolutoria en favor de Álvaro Arvelo.
AMBIENTE EN CABINA
En una crónica escrita por el periodista Ramón Almánzar, publicada en Listín Diario en 2008, muestra una radiografía de lo sucedido en cabina, durante la transmisión del programa.
“Álvaro Arvelo levanta su mano derecha y hace repiquetear la campanita en medio del álgido debate de Julio Martínez Pozo y Víctor Gómez Casanova sobre un tema del día. Es viernes por la mañana y el tránsito aplasta la ciudad en sus primeras horas”, reseña Listín Diario sobre lo que era habitual en la cabina de la emisora Z-101.
Luego agrega: “Miles van en los vehículos atentos a lo que plantean los veteranos comunicadores del programa, que tras 22 años de transmisión se ha convertido en un hito del periodismo radiofónico en República Dominicana”.
El jueves, al informarse de su fallecimiento los medios de comunicación y sus admiradores, en redes sociales, se encargaron de desempolvar más de una docenas de frases que el periodista hiciera popular en el programa, su más famosa “¡Llévatelo, Cundo!”, “¡Cuidadito, compai gallo!”, “Y…y…y… amanecemos hoy con…”.
Se hizo llamar “La enciclopedia humana” y muchas veces decía: “Yo no soy periodista, yo soy un intelectual que habla por radio” Vida Álvaro Arvelo Guerra y Ocelia Aybar Barré de Arvelo fueron sus padres. Su nacimiento tuvo lugar el 1 de noviembre de 1942.
Su padre fue un eminente jurista, ocupó diversas posiciones en el Poder Judicial, incluyendo las de juez del Tribunal Superior de Tierras y de la Junta Central Electoral.
Álvaro Arturo Arvelo Aybar, su nombre completo, estudió en los colegios Santo Tomás de Aquino y De La Salle de la capital dominicana.
En el periodismo fue un autodidacta, orientado por Germán Emilio Ornes y Mario Álvarez Dugán.
A los 26 años se inició en el periódico La Nación, siendo redactor político, traductor, columnista y editor deportivo; en 1963, fundó y dirigió la revista Apala, de corta existencia por causas económicas. Además trabajó en el periódico El Caribe y El Nacional donde publicó su famosa columna “Cápsulas”.
Se destacó como cronista deportivo y del cine. Fue narrador deportivo junto a Tomas Troncoso y Guelo Tueni.
Actos fúnebres. Mario Arvelo, uno de los hijos del comunicador Álvaro Arvelo, agradeció las muestras de condolencias, pero señaló que la voluntad de su padre “fue declinar servicios fúnebres y homenajes de todo tipo”. Por esa razón, su cuerpo será cremado y sus cenizas serán dispersadas en intimidad familiar.
La Z-101 se convirtió en la tribuna del pueblo para expresar su sentir tras el fallecimiento del comunicador por una serie de problemas de salud, derivados de un cáncer que padecía desde hacía años.
Su muerte enluta a su esposa Yvette Pujols, a sus hijos Mario, Vanessa y Claudia Arvelo Caamaño, y Carina Arvelo Lara y demás familiares. Carina es fruto de su relación con la cantante y compositor Olga Lara.